El jurado popular declaró culpable esta tarde a Gavrila Daniel Obedeanu de homicidio por haber matado a golpes a Félix Baiaram en Guanarteme en el verano de 2016. El acusado tendrá que cumplir una pena que oscilará entre los 10 y los 14 años de prisión, la cual tendrá que dictaminar la magistrada Pilar Parejo en los próximos días. Además, deberá indemnizar a los familiares de la víctima. Los miembros del tribunal han dado por probado por unanimidad, en base a las pruebas peritales y testimoniales, que el homicida tenía "intención de matar o, cuando menos haber previsto tal posibilidad, así como haberle ocasionado lesiones de suficientes entidad para ello".

Los nueve miembros del tribunal votaron con unanimidad a la mayoría de cuestiones por las que les interrogó la jueza. Se puso en duda si existió una relación de tipo sexual entre Félix Baiaram y María Raducan, expareja de Obedenau. Una situación que podría haber sido el desencadenante de la pelea y que dos jurados dieron por no probado. Asimismo, ocho de los nueve miembros consideran que "con la finalidad de acabar con la vida de Félix Baiaram le golpeó con los puños, repetida y severamente en la cabeza".

Con todo, tanto el fiscal, Pedro Gimeno, como el abogado de la acusación particular han pedido una pena de hasta 14 años de prisión en base al artículo 138 del Código Penal. La defensa, por su parte, pidió la pena mínima que establece la legislación para este tipo de delitos, diez años.

En las horas previas al veredicto del jurado, la fiscalía y las partes expusieron sus conclusiones. Gimeno dio por claro que el acusado "estaba celoso de Félix Baiaram" por su posible relación con María Raducan, su expareja, y sobre quien pesaba una orden de alejamiento. Un hecho que desencadenaría el falta desenlace.

"La embriaguez plena no es compatible con el estado en el que se encontraba el acusado y con las acciones que realizó", con esta frase el fiscal da a entender que el homicida estaba en sus plenas facultades para actuar como lo hizo. Precisamente, se trata de un punto que apoyaron ocho de los nueve miembros del jurado popular.

"¿Qué problema había para demostrar que no era culpable en su día?", tanto el fiscal como la acusación particular insidieron en la ausencia de explicaciones por parte del homicida desde que fue detenido en julio de 2016. El abogado calificó la defensa de Obedeanu de "versión desdibujada" y "edulcorada". Incluso, añadió que ciertas partes del discurso rozaban el "absurdo". Estas apreciaciones se basan en la "brutalidad y energía" de la que se efectuaron los golpes, tal y como relataron ayer los forenses.

Por último, el abogado quiso dejar claro que Félix Baiaram no ha sido la única víctima de este altercado. Su esposa e hijos, a los cuales sustentaba económicamente, han quedado en una situación de desamparo económico.

Al final de la vista, la defensa del acusado intentó convencer por última vez al jurado popular de la inocencia de su cliente. Para ello dejó claro que, si la fiscalía no ha impuesto una pena de asesinato es porque existían dudas sobre el ensañamiento y sobre cuántos golpes propinó el acusado contra el fallecido. En este último punto, solo uno de los nueve jurados no dio por probados que los puñetazos fueran reiterados.

Con todo, el letrado puso sobre la mesa tres posibles supuestos entre los que tendría que decidir el jurado. Primero, que Obedeanu actuó en legítima defensa ante la posibilidad de una agresión. Un hecho no probado, según el jurado. Segundo, el exceso de alcohol que consumió en las horas previas a la pelea. Y tercero, un homicidio imprudente, ante una posible negligencia médica, puesto que la víctima falleció en el Doctor Negrín, un hecho que ocho miembros del jurado no dieron por probado.