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Los narcos que juzga la Audiencia vendían cocaína de "pésima calidad"

Los acusados tenían un compro oro de tapadera y se relacionaron con 'el Pisahuevos', uno de los mayores traficantes de Canarias

Los narcos que juzga la Audiencia vendían cocaína de "pésima calidad"

La cocaína que se incautó en el local de compro oro de la calle Tomás Miller de la capital, La Milla de Oro, era de una "calidad nefasta". "Se les juzga por un delito contra la salud pública, no por traficar con cocaína, si no porque la que vendían era de una calidad pésima", subrayó ayer el inspector jefe de la Udyco. Lo hizo durante la vista que se está celebrando en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas contra dos bandas de narcotraficantes que se desarticularon en la Isla en el otoño de 2015.

A partir de las escuchas realizadas por parte de unidades de la Policía Nacional, los narcos que operaban en dicho local estaban en clara fase de "carestía". La droga que se incautó en el establecimiento tenía purezas por debajo del 30%, señaló el inspector. Precisamente, una llamada en uno de los teléfonos interceptados por la policía dejó claro que parte del cargamento de cocaína se les mojó en el Puerto de la capital grancanaria durante unas lluvias torrenciales que tuvieron lugar por aquel entonces, un hecho que afectó a la calidad de la misma.

Según el testimonio de las Fuerzas de Seguridad del Estado, el desencadenante de esta operación fue una conversación telefónica entre Francisco Javier Falcón, alias el Pisahuevos, José Reynel P. y Germán A. El primero está considerado como uno de los mayores narcotraficantes que han actuado en el Archipiélago, cuya banda desarticuló la policía en agosto de 2015, con más de 300 kilos de estupefacientes en sus manos.

El inspector jefe, ante el interrogatorio de la defensa, dejó claro que siempre se investiga a las personas que tengan relaciones con narcotraficantes del calibre del Pisahuevos. En este caso, el seguimiento de Germán, quien regentaba un negocio de compro oro en la zona Puerto, destapó una supuesta trama de venta de estupefacientes, cuya tapadera sería dicho comercio, el cual se encontraba en la ruina y sin clientes.

Una vez iniciadas las escuchas, los agentes descubrieron que los cabecillas de dicha trama eran Alexander Gallo y su esposa, Julia Piedad A., propietarios del supuesto local tapadera. Ambos mantenían una relación de superioridad con respecto a los otros implicados en la trama. Estos introducían estupefacientes en Gran Canaria con la ayuda de los hermanos Arce Carbonell, quienes trabajaban en sendas empresas de logística tanto en la Isla como en Madrid.

Las detenciones se produjeron en La Luz cuando llegó un cargamento de cinco kilos de cocaína camuflados en una caja de botes de leche infatil dentro de un contenedor. La policía custodió dicho container durante toda la noche del 9 al 10 de noviembre de 2015 y efectuó a la detención de uno de los hermanos Arce por la mañana, quien se encontraba allí.

Según los agentes, los implicados se desplazaron en varias ocasiones tanto a La Palma como a Fuerteventura con la intención, presuntamente, de vender droga. Para ello utilizaban una furgoneta con caletas "bastante sofisticadas", donde se escondía la cocaína.

La conexión entre esta supuesta banda de narcotraficantes y la denominada como "trama serbocroata" se basa en una serie de conexiones telefónicas entre el Pisahuevos, Germán y Alexander von Hoger, alias Sandro. Este último se trata de un conocido narco de Gran Canaria, que ha estado implicado en numerosas operaciones anteriores. En esta ocasión, el dependiente de La Milla de Oro realizó en un momento dado una llamada a Sandro, según registró la Policía Nacional. Al serle un seguimiento a este último, descubrieron una serie de vínculos con Zeljko Rakowski, alias el Profesor, este sería el supuesto líder de otra banda de delincuentes que estaría operando por aquel entonces en el Archipiélago.

El inspector jefe de la Udyco definió durante la vista a Sandro como un auténtico "relaciones públicas de la droga en Gran Canaria". Este operaba, supuestamente, con la ayuda de su esposa, Froydis L. y Massimiliano G. A. Según el agente, la pareja del enlace entre bandas reclamó en un momento dado "mayor peso en las operaciones". A dicha petición, Sandro le respondería que el narcotráfico "no es un mundo para mujeres". También recibió la ayuda de un empleado de banca, quien le intercambiaba billetes pequeños por otros de 500, 200 y también 100 euros.

Según la acusación del Fiscal, Sandro mantuvo relaciones con grupos para introducir hachís desde las costas del Sáhara. En este caso, colaboró con la presunta banda del Profesor para traer cocaína al Archipiélago. Esta organización, con distintos miembros de países exyugoslavos, seguía "un principio de jerarquía parecidos a la de una estructura militar", según el escrito de acusación. El líder transmitía órdenes precisas y negociaba directamente con los proveedores en origen. Bajo su mando estarían Dorian Gray, alias Martin Magister, y luego otros subalternos.

La policía consiguió atraparlos porque estos tuvieron un fallo en su sistema de encriptación. Cabe decir que la trama serbia cambiaba de vehículos y teléfono constantemente y se movía de lugar con frecuencia. Se sabe que el Profesor se trasladó en un momento preciso a Brasil para, supuestamente, visitar a sus proveedores de cocaína.

Finalmente, los atraparon cuando llegó un cargamento de 49 kilos de cocaína a Lanzarote en abril de 2016. Allí esperaban dos subalternos del Profesor, también imputados en la trama. A su vez, los encargados de trasladar este cargamento a Gran Canaria eran Armiche P. y Rayco Á. Este último era agente de la Guardia Civil y entraba a la base de datos del Cuerpo para informar a varios miembros de la trama sobre las investigaciones que tenían a sus espaldas. Este daba órdenes tanto a Armiche, como otro señor que no ha sido identificado. Además, realizó labores de "pitufeo", es decir, blanqueo de capitales.

La vista del juicio a estas dos supuestas bandas de criminales continúa en el día de hoy. La fiscalía pide quince años de prisión para Alexander Gallo y el Profesor, líderes de ambas organizaciones; y también para Sandro, "relaciones públicas de la droga", quien hizo negocios con ambos. Para el resto piden diez años por atentado contra la salud pública.

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