"Espero haber abierto la puerta de las demás medallas". Fueron las primeras palabras de Mireia Belmonte tras conseguir el bronce en los 400 metros lisos, la primera de la delegación española en los Juegos de Río de Janeiro. La nadadora catalana, que ya se subió dos veces al podio en Londres, protagonizó una espectacular remontada en los últimos 50 metros de una prueba que dejó un estratosférico récord mundial por parte de la húngara Katinka Hosszu (4:26.36). La norteamericana Maya Dirado se colgó la plata.

A la primera de cambio, Mireia Belmonte confirmó que va camino de convertirse en una de las mejores deportistas españolas de la historia. Hasta que ella apareció en Londres, la natación española sólo podía contabilizaba cuatro medallas: David López Zubero, bronce en 100 mariposa en Moscú-80; Sergi López, bronce en 200 braza en Seúl-88; Martín López Zubero, oro en 200 espalda en Barcelona-92; y Nina Zhivanevskaya, bronce en 100 espalda en Sydney-2000. Belmonte se subió al podio hace cuatro años por dos veces, para recoger la medalla de plata en los 200 mariposa y en los 800 libres.

En la madrugada del domingo, todavía exhausta por la remontada que le condujo hacia el podio en el Estadio Acuático de Río, Mireia Belmonte explicó la clave de su tercer metal olímpico: "He luchado hasta que no podía más", en referencia a los cien metros finales "agónicos" en los que dio "todo" para rebasar a la británica Hannah Miley, cuarta. "El primer cincuenta lo he visto bastante lejos pero nunca he dejado de luchar. He dado lo que podía y al final la gran noticia, la primera medalla. Espero haber abierto la puerta de las demás medallas y que la delegación española se lleve muchas más que en Barcelona (donde se consiguieron veintidós)", agregó.

La española, que en la previa de los Juegos Olímpicos consideró que sus mejores opciones estarían en el 200 mariposa y el 800 libres, subrayó que no se puede contar con ninguna medalla más. "Hablé de las otras dos porque son en las que conseguí medalla en Londres, pero nunca hay que tener preferencias en las pruebas. Hay que luchar todas por igual", sentenció. No obstante, Belmonte pagó ayer el esfuerzo y se quedó fuera de la final de los 400 libre al concluir las rondas clasificatorias en decimoquinta posición.

La ascendente trayectoria de Mireia Belmonte no se puede entender sin el papel de su entrenador, Fred Vergnoux, que explica su filosofía de trabajo en el libro "A por más medallas". Según Vergnoux, "la clave del éxito está en el descanso y en la recuperación. El factor más importante del entrenamiento es el descanso. No puedes mejorar tu fuerza ni la velocidad en el agua si no descansas".

En el método Vergnoux se entrena hasta el descanso. Y por supuesto, el factor psicológico. Ahí, en ese escenario, Mireia disfruta. Aprendió a liberarse de la presión. Y ahora es una campeona con personalidad y determinación. Cuando Mireia aparece en la cámara de salida con sus auriculares escuchando música, en ese momento, ya ha comenzado la competición.