La guerra contra la obesidad no es de ahora: sólo es actual la histeria que la rodea. Durante las épocas de hambruna, los gorditos eran mal vistos por los malthusianos (devotos de la teoría de que éramos muchos para tan poco, y por lo mismo partidarios de la guerra como reducción de excedentes humanos), como si su obesidad no obedeciese a un problema de tiroides (por ejemplo), sino a un delito de acaparamiento.

O sea, como si un solo individuo devorase la mitad de los recursos alimentarios disponibles en el planeta.

Ahora esas viejas teorías vuelven a estar en debate, sobre todo en USA, afligida por una epidemia de obesos debida, sobre todo, no a su mucha afición a la comida, sino al mal-comer: las famosas comidas basura que se han impuesto en todo el mundo.

Cierto que la obesidad no es para nada recomendable: produce problemas respiratorios, de corazón, propensión al ictus, diabetes del tipo 2, cáncer, cálculos renales, de colon, problemas en las articulaciones...pero de ahí a las draconianas medidas que acaba de adoptar la Universidad de Oxford (Pensilvania), va un trecho. Allí, la Lincon University acaba de prohibir el ingreso a la universidad a cincuenta estudiantes con sobrepeso, a pesar de que alguno de ellos había obtenido en todas las pruebas preliminares matrícula de honor.

Los más afectados por el sobrepeso son en mayoría de origen afroamericano y, aparte de los rechazados por barriletes, están otros centenares de estudiantes rellenitos en lista de espera a ver si suena la falta de un sistema de adelgazamiento que apesta a negocio: un cursillo semestral denominado Fitness for live, basado en duras sesiones de gimnasia, educación alimentaria y sesiones de autoconciencia.

Según autoridades en materia de salud, ese cursillo es un negocio-broma: no existen datos estadísticos de que quienes hayan pasado por ese tormento hayan rebajado el peso. Y, sobre todo, el hecho de que el Estado se arrogue el derecho de decidir cuánto debes pesar se considera como un atentado a los derechos individuales.

Pero la citada Universidad se mantiene en sus trece. Los gorditos invierten en curas de adelgazamiento de dudosa eficacia o directamente nocivas para la salud el 40 por ciento más que los ciudadanos de peso normal.

El presidente del American College Health Asociation habla de locura, arbitrariedad, discriminación y estafa: "Con datos en la mano, no se ha de- mostrado", afirma, "que ese sistema sea eficaz". En USA existirían ahora mismo 72 millones de personas estimadas obesas y en los niños se habla de una epidemia de obesidad.