Hoy nos visita el jurado del comité de selección de la capital cultural europea para ver si se posa en Las Palmas de Gran Canaria en 2016 o, en su defecto, en cualquier otro lugar. Qué nervios.

En casa estamos a valeriana, intentando hacernos los finos, practicando para evitar giros clásicos tipo Alicia, sube el cardero pa'rriba, y en Las Canteras las señoras que juegan a los bingos entre las barcas anuncian que lo van a cambiar por un Trivial. También en riscos de la ciudad se han propuesto recoger la ropa tendida y los palomeros no van a soltar las palomas por si se escapa un guano. Los de chanclas llevan días en el podólogo, tratándose los hongos, y se va a restringir la limpieza de cancelas y zaguanes con Zotal, por la olor, y mucho menos se permitirá echar azufre donde las chingadas.

Hay que prescindir de chándales y meibas y expresiones como el conejo me riscó la perra, o peor aún, ya se cagó el burro en las papas, si es que un juez patina en alguna roña local, son igualmente desaconsejables salvo que se traduzcan al inglés: the rabbit hurled my dog into a precipice, y just the donkey had a shit on the potatoes, respectivamente. Suerte y que sea lo que Semidán quiera.