Podrán conocer hoy por este su periódico y sin coste adicional alguno la nueva epopeya que ha emprendido allende los mares nuestra embajadora insular en el mundo, Kristina Cernousovaite, enviada al Lejano Oriente por José Miguel Bravo de Laguna en vísperas de riscarse para solicitar auxilio y extremaunción a jeques y emperadores, todo ello en beneficio de nuestros territorios.
Pristina Persecuvaite porta en su alforjas y neceseres la pesada encomienda de facer por su face tanto de Dubái, país de serenas dunas y sofisticados chamizos, como de la misteriosa China del pato lacado, y el todo a un euro, las tropas necesarias para la salvación Cabildicia, todo ello en el aterrador plazo de apenas 18 días, 62 menos que Willy Fog.
He aquí el mandato rubricado con sangre de Bravo a Pisnina del Toboso al que este rotativo ha tenido acceso gracias a tecnología facilitada por la empresa que nos hace el mantenimiento de nuestros geranios e parterres.
"Como vos sabéis, mi requetemucho María Pispina del Pero Adóndedubái Otravez y el Porompompeiro, corren tiempos procelosos en mi ínsula- reyno que afectan sobremanera al destino de mi cacicazgo, para regocijo y jijijajá de indígenas plebeyos y otros secundarios. Retrancas hostiles de facciosos hidalgos, promovidas por Señor Principal, me están faciendo el juego de la sillita, y vive Fu Manchú que aunque me toquen la pita de aquí no me van a quitar.
Manéjate con suma gracia e agüita e usa estos atarecos que te adjunto si intuyes el más somero peligro: Es el siniestro timple con acordes de encantamiento; las tres lapas majoreras jarto venenosas; el fajín estrangulador; y el queso flor carnívora semiduro.
Ve primero a Dubái, mi Pispi. Ahí te reunirás con su alteza Mohammed bin Machín Al Pulpial, que te estará esperando en la duna 3-b, 4º Menguante, y tú susúrrale: 'ya se cagó el burro en las papas', él lo entenderá.
Luego acude pizpireta a la remota China, a las cancelas de la Ciudad Prohibida. Bájate en el intercambiador de la línea 2. Alonga por la derecha, detrás del bazar Panda Ka Txondo, y tira para la gasolinera del fondo, El Octano Feliz. Allí pregunta por Marrero el del Crisantemo Celeste, decimoctavo sobrino nieto de Gengis Kan. Y tú suspírale a Marrero: 'mi Bravo camina palante, mi Bravo camina patrás'.
Y ahí arrancas echando leches para acá que aún nos queda acudir a Rusia para vencer, como siquiera pudo el Quijote, a los molinos de la ventosa Agüimes".
