La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juanjo Jiménez

LP Confidencial

Juanjo Jiménez

Qué casualidad

Los indígenas vivimos hoy un día aciago con el fin de las inauguraciones. Durante las últimas semanas las personas hemos disfrutado de un gran paso adelante en las infraestructuras, como un Día de Reyes, con la posibilidad de estrenar todos los días algo.

E incluso, si no estrenar, salivar ante próximos estrenos. Como ocurría ayer con el Mencey, que se acercaba con la consejera de Medicamentos y Otros Psicotrópicos, Brígida Mendoza, al hospital del Sur de Tenerife, "para conocer sus instalaciones ante su próxima apertura", es decir, para maravillarse por la mágica disposición del gotelé y alegar sobre la leve ingravidez del alicatado de la sala de operaciones. Y de paso, sacarse una foto.

También la semana pasada se inauguraba un centro tecnológico en el norte grancanario, y algo antes, un museo para Chirino, y un castillo entero, el de Mata.

Además, ayer se entregaban en el Cabildo las llaves de unas viviendas de protección oficial, y se daba macho en la capital a una pista de patinaje de resina de cuarzo color lila "y una barandilla perimetral". Como inciso explicar que colocar una barandilla no perimetral, es decir, justo en medio de una pista de patinaje, es jugarse los nísperos. Los dos nísperos y la rama.

La crítica fácil dicta que este tipo de actos -a estas alturas de la democracia-, muestran la bobería de la que adolece el sistema así como el ventajismo de unos grupos gobernantes que hacen precampaña frente a unos partidos en la oposición que, si bien tienen legítima representación política, quedan fuera del retrato.

El cachondeo llega a un punto que quizá fue el partido hoy en la oposición el que gestó el parto, circunstancia mayoritaria en las inauguraciones porque estos proyectos han tardado varias eras geológicas en ser una realidad, salvo cosillas como la pista de patinaje de los nísperos.

Pero no es esto el fundamento de este ensayo de aceite y vinagre. Su propósito es asombrarse por esta capacidad de coordinación de unas administraciones que tras iniciar estos en el siglo II después de Cristo son capaces de terminarlas justo, justo, un lunes, ayer lunes, último día de las inauguraciones con la precisión de un eclipse solar.

Porque no quisiéramos pensar que no las hayamos tenido antes por otro motivos dado que entonces estaríamos hablando de gente sin casas, investigadores sin investigar, enfermos sin hospitales y patinadores con los nísperos al oreo durante meses o años a cuenta de una foto.

Compartir el artículo

stats