Urbi et orbi. Al final de la liturgia ortodoxa celebrada en la mañana de ayer en la ermita del Espíritu Santo de Vegueta, el obispo de Canarias, Francisco Cases, y el abad de la iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, Iosif Pavlenchuck, se saludaron fraternalmente en la plaza de Santa Ana, y en perfecto francés. El prelado canariense se interesó por conocer la vinculación y visitas de esta comunidad cristiana en la Isla y durante la charla, ambos se dieron cuenta que los crucificados de sus pectorales que llevan como símbolos de su autoridad eclesiástica son prácticamente iguales. Se sonrieron, como se observa a la izquierda, y el abad ruso rememoró que Dios es el mismo Padre para todos porque la sucesión apostólica de las dos iglesias nunca fue interrumpida. Es decir, que obispos de una y otra siguen apareciendo en la línea de sucesión de los Apóstoles. Mientras el papa Francisco acerca en Cuba a los hermanos Castro a la Iglesia católica, el obispo Francisco, en otra Isla, se acerca a los ortodoxos del patriarcado de Moscú. A la ciudad y al mundo.