Hasta cierto punto resultan lógicas las poco felices expectativas que uno puede albergar ante una película española inscrita en el género del thriller psicológico, y además rodada en inglés y protagonizada por Ethan Hawke y Emma Watson, una actriz que se prodiga demasiado últimamente. Sin embargo, más allá de que nunca debería hacerse caso de esas expectativas, ya que el espectador siempre ha de ver una película dispuesto a no dejarse llevar por los prejuicios, bastan los primeros minutos de la nueva película de Alejandro Amenábar, Regresión, para darse cuenta de que estamos ante una producción comercial construida con solidez y con una arquitectura visual que se encuentra bastante por encima de la media de este tipo de productos.
Sin embargo, los méritos de Regresión empiezan y terminan ahí, porque por mucha buena voluntad que uno le ponga, las sorpresas y retruécanos del guión escrito por el propio director no son suficientes para quitarnos de encima la sensación de déjà vu, o lo que es lo mismo, la impresión de que esto ya lo hemos visto antes. Y es que el sexto largometraje de Amenábar rezuma ecos, resonancias, inspiraciones por todos sus fotogramas, un alarde de reciclaje que resta originalidad a una historia que tiene como protagonista a Bruce Kenner (Ethan Hawke), un detective encargado de investigar el caso de una adolescente, Angela Gray (Emma Watson), que acusa a su padre de abusar sexualmente de ella.
Con Regresión Aménabar no sólo no consigue hacernos superar la sensación de lo ya conocido, sino que nos deja en la boca esa habitual pregunta que acompaña a buena parte del cine actual: ¿Para qué? ¿Qué aporta una película como Regresión? ¿Qué eficacia puede tener una nueva vuelta de tuerca a lo mismo? Las dos primeras películas de Amenábar, Tesis y Abre los ojos, forman un díptico de gran coherencia que se ha ido perdiendo en sus siguientes películas, cada vez más híbridas y menos personales. Sin embargo, es posible que, a poco que se pare uno a pensarlo, quizá no sea tan extraña como pueda parecer. Regresión es sin duda la más "manriqueña" de sus películas, o al menos la que más se acerca a los célebres versos de Jorge Manrique: "Cuán presto se va el placer, / cómo, después de acordado, / da dolor; cómo, a nuestro parecer / cualquier tiempo pasado fue mejor".
Resulta difícil encontrar un director español tan preocupado por la narración como Amenábar. Pero interesan los resultados. Y éstos son pobres en comparación con el presupuesto manejado, pese a que en la actualidad cualquier nadería cuesta una auténtica fortuna. Será cuestión de opiniones, y de gustos, pero lo cierto es que el único escalofrío que produce Regresión procede del aparato de aire acondicionado de la sala.
