La Provincia - Diario de Las Palmas

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Desde mi isla

Del paraíso al infierno, tras miles de años de desafueros

Si los pueblos guerrean, todavía / ¿Para qué cuelgan la luna tan roja / Cual sello de Dios , sobre el libro de la paz?

(Tristán Tzara)

Para empezar, creo que la palabra terror se emplea unilateralmente cuando tiene un recorrido muy largo de ida y vuelta o de acción y reacción. Para los españoles el Duque de Alba o Hernán Cortés, por ejemplo, fueron héroes mientras que los holandeses y mejicanos se aterrorizaron con sus actuaciones, que todavía se recuerdan en Holanda y Méjico. Verdadero terror fue el que sufrió aquel niño emigrante que murió ahogado, su cuerpecito inocente boca abajo, en una playa perdida de Turquía. Del terror huyen millones de humanos que vieron como las bombas de unos y otros se distribuían por igual en todas las partes. Terror cuando se encuentran con la indiferencia culpable de Occidente tras recorrer miles de kilómetros en la oscuridad absoluta de su incierto porvenir. El caso paradigmático y caótico de Siria, arrasada por franceses, americanos, rusos, etc., que en sus máquinas de muerte aladas ni se enteran por los periódicos de los daños colaterales que les mantienen al margen de esas víctimas, para ellos anónimas, que son ancianos, niños, mujeres que han cometido el único pecado que es vivir y que miran atónitos como el niño ahogado en la playa turca las bombas que caen del Cielo, que ha dejado de ser su Paraíso. Y más cerca, en la tierra sagrada, tropas de fanáticos árabes se unen al concierto de su propio terror y muerte. No es fácil entender lo que pasa en Oriente Medio sin recurrir a la historia. La escapada de Constantino a Turquía, el dominio de los otomanos de aquellas tierras, la colonización posterior por las potencias extranjeras, fronteras impuestas según intereses y propinas, distintas etnias separadas por la ignorancia y el desprecio (Kaplan)? Siglos viviendo como extranjeros en sus propios territorios. En Oriente Medio no hay un solo problema sino varios y distintos problemas, que, en primer lugar tienen una base social única, que es la desigualdad compartida que conduce al odio. Una segunda base social, interrelacionada con la anterior, representada en una democracia inexistente en el organismo internacional que debía ser el garante de esta democracia. Me refiero a la ONU, que permite que un solo veto pueda más que cien votos. Immanuel Kant, en su libro Paz perpetua (1795) recomienda una federación de estados libres, unidos por un convenio que prohíba la guerra. Añade que la razón condena la guerra con todas sus fuerzas y que la guerra solo se evita con un gobierno internacional. Pascal comunica que "el corazón tiene sus razones que la Razón desconoce". Atender esas razones, oírlas, discutirlas, arroparlas es misión de políticos, para unirlas a la Razón verdadera, con mayúscula, que evita las estúpidas guerras. La base económica abarca la poderosa industria del petróleo, la venta de armas, la corrupción por la falta de ética.

Entre este catálogo de problemas se eterniza el palestino, cuya fase histórica colonial está referida al favoritismo inglés con los judíos (Belfour) y la fase actual, al apoyo y veto que USA da a los crímenes de guerra judíos y la complicidad de algunos organismos internacionales, que confían en que la dilatación del tiempo hará olvidar sus resoluciones con el sonido lejano de las campanas.

El caso de Irak es la ofensa mayor que se le ha podido hacer a la inteligencia humana. Con la mentira de las armas de destrucción masiva se orquesta una cruenta guerra que acaba con la imposición de gobiernos títeres de petróleo y brea. La foto de los "tres de las Azores" es una prueba de subtítulos trucados.

Se habla de democracia mientras en Egipto, USA apoya con dinero y armas al gobierno militar de Al Sisi. La flagrante aventura de volver al mismo sitio, pero con las costillas del contrario rotas. Versus hermanos musulmanes-militares. En Arabia Saudí, los sátrapas del petróleo, príncipes de la oscuridad y del desierto, han hecho de la libertad y la justicia una pesada broma, una caricatura carnavalera que solo divierte a los que les venden sus bufas ropas. Otros que arrojan desde sus inalcanzables aviones bombas sobre Yemen.

Afganistán, envuelta en una continua belicosidad que demuestra que la paz no se puede alcanzar por las fuerza de las armas (Confucio defendía un gobierno basado en la virtud y no en la fuerza), fue la boca del volcán, cuando los rusos se involucraron en la afrentosa invasión y los americanos armaron a talibanes y vecinos. Líbano permanece dormido, mientras el magma de la guerra circula por sus ocultas catacumbas.

Francia pide una coalición internacional contra el Estado Islámico (EI) que no deja de asombrar, porque Francia con su poderío aéreo es capaz de convertir en un día al EI en un solar plagado de cascotes que luzcan como flores para el Museo del Disparate. Asombra también que Hollande declare la guerra al EI el día de la brutal e incalificable matanza de París, cuando anteriormente se había hartado de lanzarles bombas desde sus artefactos voladores. Somos muchos los que creemos que Hollande se aprovechó de la horrible matanza para disfrazarse de Señor de la Guerra, y con durísimas acciones, levantar un prestigio que ya no le alcanzaba ni los tobillos. La publicidad entra claramente en la ya nombrada desigualdad si se la compara con los más de dos mil muertos palestinos en Gaza, la matanza del 11 de marzo en España, las víctimas del avión ruso saboteado recientemente, el bombardeo por aviones USA de un hospital en Afganistán, con la muerte de los heroicos médicos. Creo que hemos pulverizado, bajo la mentira y el odio, el Paraíso que Milton declaró como perdido para sumergirnos en un palpable Infierno que se creía cerrado por falta de fe y de clientes. Espero con impaciencia el día en que en LA PROVINCIA se publique en primera página y con letras mayúsculas: "Hoy no ha ocurrido ningún acto violento en el Mundo. Hoy ningún ser humano ha tenido que huir de su país". En ese momento creeré en el nuevo amanecer.

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