La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Durán

De la felicidad y los fiambres

Una invitación entre oportuna e inoportuna, ubicua, me ha impedido ver la entrevista de María Teresa Campos a Rajoy en ¡Qué tiempo tan feliz!, y cierro por tanto la columna con el miedo en el cuerpo de que el candidato del PP se haya estirado y contado más de la cuenta, que en el líder del PP es igual a encontrar un Potosí en una veta de cobre seca. De repente estoy preocupado por el futuro de Soria, que merece como mínimo una embajada en un país especializado en prospecciones petrolíferas, capaz de explicarle cuál fue la razón de su pinchazo en la Islas con la bolsa Sandía, entre otras frutas. Me dicen que estas van a ser unas elecciones de cadáveres y de sacos de hielo: vamos, de fiambres que intentarán congelarse hasta que les venga mejor. La mayor escabechina política que se recuerda en este país viene del fallecimiento de UCD, es decir, de la caída en desgracia de Suárez y la fuga de su regimiento hasta consejos de administración varios o militancias más o menos tímidas en otros partidos, algunas de ellas en el naciente triunfo del PSOE. De tanto oír que con el 20-D se va a dar un choque de trenes entre pasado y presente, con chispas de fuego, uno aconseja seguros de decesos con sepulturas dignas: después de estar en la cresta del gallo cuesta sentarse en bancada menor con el objetivo de montar una bronca diaria. ¡Cunde el pánico! La operación salvar al soldado Sánchez' cachondeo golfo que podría expresar o no el carácter efímero del socialista, puede ser extensible a muchos que, agobiados por la caída del forjado, preparan sus maletas para encontrar un echadero benevolente. Lo peor de todo es que los emergentes no están por la labor de facilitar las puertas giratorias, las jubilaciones semidoradas, las pensiones sabrosas a cuenta del erario público... Los estados mayores, a día de hoy, tienen que hilar fino para ver qué destino le dan a los mandos en plaza que se preparan para la travesía del desierto. Por ello y por otras cuestiones de ensayo me parece un disparate dejar que Rajoy se acurrucase junto a María Teresa Campos, novia de Bigote Arrocet, para derramar opiniones bajo el titular ¡Qué tiempo tan feliz! Da mucho que pensar.

Compartir el artículo

stats