La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un baño

No es cosa extraña esa de darse un baño de invierno en Éibar; es habitual. Lo que ya no lo es tanto futbolísticamente es lo de darse un baño y salir satisfecho, seco, sonriente, descargando lastre y achicando agua aunque sea solo gracias a un gol de defensa -Bigas- que permite mantener el pulso -solo mantenerlo- fuera de ese grupo de aspirantes al descenso, línea roja tan machacada por los políticos, donde son muchos los amarillos que no paran la letanía de su rezo "madrecita mía déjame como estoy porque si me paso de la raya será peor".

Por eso pensamos que este baño en bañera tan estrecha y difícil como la de Ipurúa, viene a ser mucho mejor que el de las antiguas y ferrugientas aguas del Valle de Agaete, que de tener tanto hierro oxidaba el culo de las botellas cuando las embotellaban, y oxidadas tiene junto al mar aquellas rocas del barranco del Juncal donde ahora filtra su hierro líquido suavemente. Así pues no se puede negar que se trata de un baño de esperanza y promesa de aguantar el tipo en la división de honor que tanto merece el fútbol de las islas.

La amenaza de perderlo llegó tan deprisa como deprisa se fue según los vientos de cada semana porque de la misma forma que los elefantes del fútbol y finanzas españolas, y que más camisetas y bufandas coloridas venden como negocio aleatorio a las taquillas, estuvieron a merced de un sorprendente descabello y vuelta al ruedo de los amarillos tales como Atl. de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, y alguno más, ante quienes se mereció premio sin obtenerlo, resulta que no se dio la talla para imponerse ante los de medio pelo como nosotros. Total que se nos ponía el asunto dicho mal y pronto como entiende el canario 'al revés del pepino'.

Ahora comienza otro capítulo de la aventura; sigue la vuelta de la noria con la visita de aquel Getafe que nos lavó la cara con una paliza digna de reconsideraciones. Ante él, mejor que poco después con el Madrid o Bilbao, Espanyol, Gijón o Valencia, hay que batir un cobre mucho más caro que el que están robando los desaprensivos del negocio fácil del ¡viva la Pepa!

La situación, el diagnóstico y las consecuencias son las mismas que las de antes de ponerse delante del Rayo Vallecano, rival que nos desbordó al poner en el campo más de aquello que pedía Quique Setién a los amarillos.

Del inmediato partido de entre semana contra el Getafe puede depender la muleta de apoyo que aún necesita la UD para aspirar a su permanencia.

Y viendo como el domingo el Granada, que bandea mucho más cojitranco aún que la UD, ganó en Galicia al Coruña pasa a ser la apremiante recomendación de que se aprovechen las bondades del buen baño canario bajo la lluvia del invierno del norte peninsular y salten frescos hoy en el Gran Canaria dispuestos a responder a quien nos apaleó con el 4-0 de Madrid. Amén.

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