Estimado y nunca bien ponderado Mr. Pitt, por la presente le comunico que ha sido usted admitido como miembro de la Cachorrian Order, como había solicitado a través de su Departamento de Folclorismo y Otras Cosas del Marketing. Comprobamos por las fotos en la prensa que le han hecho llegar en buen estado el cachorro (folk black hat) que le enviamos. No así el fajín y el timple, que suponemos ha reservado para ocasiones más postinosas, póngase por caso, la fiesta que da Elton John después de los Oscar. Para que su transformación sea completa debe usted cumplir una serie de requisitos que paso a enumerarle, con el fin de que inicie cuanto antes la metamorfosis canariensis.
Uno.- El buen isleño se deja de boberías. Le explicamos. Nada de veganismo o leznas de esas. La dieta, aunque tiene un alto porcentaje de verduras -no en vano nuestro producto estrella son las papas arrugás con mojo (old potatoes with almost tabasco)-, no puede desprenderse de manjares como el cochino negro (black pig) o el chorizo de Teror (Teror's pepper ham). Para que entienda el concepto, nada como la recomendación de las abuelas del Archipiélago cuando rezan: "Hay que comer de todo, mi niño". NOTA ACLARATORIA: Habrá observado desde que se bajó del avión en Gando que aquí y allá le habrán espetado un cariñoso "mi niño", no se me venga arriba que es una muletilla habitual de nuestro habla que no conlleva que cada individuo emisor del mensaje pretenda adoptarle a usted.
Dos.- Aunque nos encontramos en un estado aconfesional, el canario tiene una religión: el mar. Las inclemencias del tiempo no son excusa para dejar de ir a la marea. Y ello porque lo de menos es tomar sol. Nada como una buena partida de dominó o zanga bajo la sombrilla de Seven Up, mientras fuera del perímetro del chamizo arrecia la tormenta con alerta nivel 8, lo menos. A los recién iniciados, como usted, quizá le permitamos llevar una camiseta los primeros días de enero, pero no se confíe, que hay que ir aclimatándose al fresco? lo que me lleva al tercer punto.
Y tres.- Recientemente hemos inaugurado, con fondos de la UE, la Escuela Superior de Confección de Muñecos de Nieve para el Capó del Coche. Ya le habrán soltado las autoridades locales aquello de que esto es "un continente en miniatura". Campo y playa, urbe y pueblo, sol y nieve? bueno, y calima. Pues desde que caen una garujillas de agua congelada en la Cumbre (Top of the Island) se forman unas colas (tails) de compadre y señor mío (comfather and my lord), que da gloria verlas. Eso le convalida como haber repasado veinte veces la discografía de Mary Sánchez.
Sin más, me despido, con el deseo de que le esté cundiendo la caja de bizcochos lustrados de Moya que le mandamos, con instrucciones precisas para no añurgarse. Salude a Madame Cotillard y le da las gracias por venir con un sombrero de la UD.
@CiraMorote
