La Provincia - Diario de Las Palmas

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Reflexión

Todos son Brad Pitt

Canarias está de moda. La ocupación marca récords a golpe de reservas y los hoteles no dan abasto. Las tensiones en el área del Mediterráneo y la maldita amenaza terrorista han desviado miles de turistas hacia las Islas, que son más afortunadas que nunca. No obstante, la oportunidad que brinda la cambiante coyuntura no puede pasar de largo. El objetivo inmediato es fidelizar al máximo a un cliente, en muchos casos improvisado, al que hay que sorprender con lo que tenemos. La renovación de la planta hotelera debe transformarse de necesidad a obligación y los estándares de calidad tienen que multiplicarse. Este es el principio de una carrera cuya meta final es que el turista se enganche a Canarias. Agilizar nuevos proyectos es prioritario para fortalecer la primera industria regional. El bloqueo de infraestructuras de cualquier índole son palos en una rueda que no puede dejar de girar porque de ésta depende el 80% de las familias. Eliminar la maraña burocrática que atrapa a Canarias es condición sine qua non para avanzar. Es inviable que impulsar un proyecto turístico, ya sea nueva planta o regeneración, se convierta en una letanía. Procesos interminables envueltos en una pesadilla de litigios que congelan el desarrollo y ahuyentan la inversión a otros lares. Basta ya de tantos dimes y diretes estériles. Otros de los aspectos vitales en los que incidía hasta la saciedad el desaparecido Ángel Luis Tadeo (fundador del grupo Dunas) es la amabilidad de los profesionales del sector. "La sonrisa es la base del negocio", clamaba. Pero, sonreír no es un simple gesto facial. Comunica un estado de ánimo y es la mejor manera atender a los que nos dan de comer porque vivimos y viviremos del turismo. Un gesto afable forma parte de la primera impresión y de la última. Una promesa de ofrecer un producto o un servicio satisfactorio. La sonrisa, en definitiva, debe ser la actitud, ya que en ocasiones sirve para camuflar carencias y genera confianza. Ahora, que el Archipiélago se ha convertido en el plató de cine de Europa, debemos tratar a los turistas como auténticas estrellas de Hollywood. Todos, sin excepción, deben ser tratados como Brad Pitt. Sonría, por favor, aunque le joda.

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