Tiene 82 años y cuando estás a su lado te transmite la serenidad que ha aquilatado en su larga experiencia vital, con su perfil polifacético metido en la mochila de su mirada sobre el mundo que lo ha convertido en creador de muchas vertientes. Y todas abordadas con templada pasión y pasos de plomo, conocedor de lo que se trae entre manos y quiere transmitir a sus congéneres. Lezcano ha transitado entre la Isla y Centroeuropa, lo que hace que su cosmovisión sea extensa, tanto que el poeta belga Marc Klunig, al seguir su trayectoria desde 1972 como pintor y poeta, por Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Inglaterra? le haya atribuido el calificativo de 'nómada del sueño'. El propio Lezcano confiesa: "He sido durante años un pintor itinerante, sin olvidar mis poemas fuera de mi bagaje". Jean Fabre, amigo suyo, que fuera presidente y secretario del Partido Radical Italiano en 1978 y 1979, líder internacional de la Objeción de Conciencia y del Movimiento Europeo por la No-Violencia, conocedor de su mundo creativo, ha sido promotor del arte socialmente comprometido de Paco Lezcano. Y sorprendido por su capacidad creadora, sostiene que Lezcano parece trabajar fuera del espacio y del tiempo, en una dimensión que le pertenece. Todo en él es generación espontánea que va más allá de lo razonable desde el átomo a la estrella, del micro al macromundo, de lo figurativo a lo abstracto. Pero detrás de estas vivencias cosmopolitas, lo que destacamos en nuestro creador es su familiaridad con el mundo submarino, un espacio sin referencias antrópicas, donde la singularidad de esta naturaleza subacuática lo ha convertido en un hombre diferente y en un artista peculiar. Desde los ocho años se sumergía junto con su hermano Pedro al otro lado de la barra de Las Canteras. Y allí no sólo ponía a prueba sus pulmones, sino que, acostado durante un tiempo corto en el lecho marino, observaba la lírica de las imágenes de los variopintos peces y rocas que lo habitan. Una catedral del arte, donde la realidad de tentáculos, branquias, aletas y siluetas piscícolas nada tiene que ver con nuestra realidad cotidiana. Lezcano transita por el mundo subacuático de la misma manera que nosotros callejeamos por los aledaños de Triana o el paisaje emergido de la Isla. Y todo ese espacio sumergido que parece una fantasía lo ha captado con su cámara y lo ha trasladado al lienzo o al cartón en ese juego que ofrece el arte como mezcla de realidad y ficción. Es una práctica que realiza desde hace más de setenta años y que convierte a Paco Lezcano en pionero de la fotografía submarina en nuestra isla. Es un reconocimiento que a modo de homenaje, como ha hecho el Museo Poeta Domingo Rivero nombrándolo socio de honor, quiero atrapar en esta Piedra lunar, que se construye con trozos de realidad y pinceladas de sueños.
