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Aforismos y expresiones canarias

Entre más gatos, más ratones

Me contaron una vez una anécdota del que fuera infatigable luchador y alcalde de Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria): Camilo Sánchez (hombre de campo, sencillo y sincero, que esgrimía con decencia su origen de familia humilde y aparcera ("A mí mi madre me parió en una zanja en los tomateros"-solía expresar orgulloso el edil-). Pues el bueno de Camilo era de los que solía echar mano a dichos como el que ahora comentamos: 'Entre más gatos, más ratones'. Dicen que en una ocasión, le plantearon la necesidad de contratar a otro abogado más en la plantilla del ayuntamiento. Él sentenció socarrón y con simplicidad casi pasmosa: 'Entre más gatos, más ratones'. Esto es, entre más abogados, más pleitos... Y cierto es que un jurista siempre podrá advertir un potencial pleito o una situación conflictiva donde aparentemente un lego no ve problema alguno. Pero el dicho tiene aún más trascendencia: cuantas más precauciones se tomen por si pueden surgir problemas, seguramente, peor nos irá. No es más que una asimilación en la praxis de nuestro pueblo de leyendas de tradición más antiguas y universales como la del Santo Job: a quien entre más temía el mal, más desgracias le venían encima. En definitiva, ya sean tales enseñanzas o el saber popular que lo declara con la sobriedad propia de la cultura rural, no deja de ser cierto que, muchas veces, lo que más tememos y tratamos de evitar de manera casi obsesiva, acaba sucediendo.

La expresión se basa en una estructura comparativa proporcional que establece una regla de incremento y actúa como adagio en cuanto augura o barrunta sentencioso el progresivo aumento de las consecuencias negativas -es decir, de los ratones- a razón o en proporción directa a las prevenciones que se adopten -esto es, al número de gatos-. En la medida que se tomen más prevenciones para paliar o combatir un eventual problema, lejos de impedirlo, la magnitud del problema o sus consecuencias se amplifican o multiplican proporcionalmente al mecanismo previsor. Evidentemente, gatos y ratones son elementos comunes de la fauna de ambiente rural donde nace este tipo apotegma; su simplicidad y familiaridad cultural contribuyen a la interiorización de la máxima. Así pues, la sentencia ratifica, en cierto modo, lo tantas veces verificado en la vida ordinaria: cuantas más precauciones se tomen por temor a un evento negativo o a una calamidad, más fácil que acabe sucediendo ésta de manera casi irremediable. El ingenioso dicho refleja, pues, de manera perspicaz un modo de ver las cosas de nuestro hombre del campo: cuantos más gatos hay, más ratones aparecen. Como hay hasta quien le crecen los enanos... A lo mejor, los ratones, lo que se dice haberlos, haylos, pero no los ves, o por lo menos no ves tantos. Y ya se sabe lo que se suele decir en estos casos: ojos que no ven...

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