Era invierno y se notaba filtrándose entre el sirimiri de Teror un runrún extraño. Rememoro parte de una hermosa historia de índole futbolera que ha despertado en la actualidad del equipo amarillo, que marcha líder de la Primera División con dos victorias.
Resulta que, junto al invisible humo de hogueras de rastrojo viajaban murmullos de oración de una multitud que en la dicha y los problemas siempre llegan en septiembre a la Basilíca terorense, y hasta el sacristán guardián de limpieza, aromas de incienso y protector de silencios, solo rotos por los tintineos de campanilla alzando el pan y la sangre del Señor en la Santa Misa. Menos cuando ahora suenan timples y canciones. ¡Ay Teror, Teror, Teror...Teror¡
Sorprendido estaba el sacristán esta vez por la intensidad.
"¿Qué pasa, Juan? ¿Qué es ese 'run run' que rompe el silencio de nuestra casa?
-No sé, bendita señora-
-Entérate por favor, que llegan Santas jornadas y mi entrega debe de ser plena.
-Pero Virgen Santa, alguien me dijo antes que el run-run no es de aquí de Teror sino que venía de allá de la Capital, cerca del mar y junto al cementerio de San Lázaro.-
Entérate por favor".
Salióse Juan de la Iglesia, y cuando volvió fue informando de que los suspiros, ayes y murmullos procedían de la capital pidiendo la solución de un problema que, ya solucionado, se callaban , no sin encomendarme antes que elevara hasta ti su pleno agradecimiento.
-¿ Hasta a mí ?..¡ Si yo no tenía presente de qué iba.!
-Decía la Señora.
-Pues dicen que sí, (insistía el sacristán) y son más de 11.000 personas las que gritan por Siete Palmas.
¡¡Gracias, Santa María!!
Nadie aclaró la buena intención de la Virgen ni sacó de la duda al sacristán.
Pero cierto es que aquella fecha, yo mismo escribí que 11.000 aficionados al fútbol acabaron agradeciendo no haber perdido los puntos de un partido, gracias a la actuación de Roberto Santamaría, fabuloso portero amarillo, que paró un penalti de última hora impidiendo la derrota frente al conjunto gallego del Celta de Vigo.
Lo recordamos ahora cuando hace pocos días los nuevos jugadores de la UD Las Palmas, estuvieron en Teror como cada año, y pregonaron ante Santa María, Virgen del Pino, pidiendo enganchar no una, sino todas las fabulosas actuaciones que hacen falta para que el run-run de las oraciones desde San Lázaro no alteren la paz del pueblo y la tranquilidad del sacristán.
¡Santa María Madre de Dios¡; ¡lo que son las cosas¡
Antes y después de todo eso, con la mochila de Quique Setién prendieron una gran traca en Valencia y quemaron a goles al Granada del entrenador Paco Jémez subiéndose a la cabeza de la mejor liga del mundo.
Yo siempre me digo lo mismo ¿hasta cuándo? De momento ¡ahí estamos¡
¿Imaginan qué puede pasar hoy en Sevilla si les da por subirse a La Giralda en septiembre?
¡Esta gente de la Virgen del Pino son la monda!
