Las reinvidicaciones ciudadanas reflejan el estado de ánimo de la población: el cansancio, el hartazgo y el abatimiento, llegado el caso. Por eso merece un reconocimiento público la organizada protesta de los vecinos de La Isleta que reclaman una Casa de Cultura. Están instalados en la acera con sus pancartas y sus murales, sus mesas y sus sillas, como si de una Casa de Cultura se tratara. Al aire libre en la plaza de Manuel Becerra. Todo un ejemplo.