La edición en internet del diario Folha de Sao Paulo indicó que Pérez, casado con una brasileña y residente en Goiás desde hace dos meses, murió este sábado en el Hospital de Enfermedades Tropicales de Goiania después de padecer síntomas similares a los que presentan pacientes con fiebre amarilla, enfermedad de la que no estaba vacunado.

El director clínico del hospital, Wilson Moraes Arantes, dijo que el español fue internado el pasado 3 de enero con alteraciones cardiovasculares, complicadas después con diarrea, vómito y hemorragias.

"Nuestra principal hipótesis es que haya contraído fiebre amarilla, por la evolución rápida y fulminante del hígado y de los riñones", dijo el médico, quien espera tener en un plazo entre cinco y siete días un diagnóstico definitivo del Laboratorio Central del Estado.

Trabajador rural en España, Pérez llegó a Brasil el 25 de noviembre, entrando por Salvador, capital del nororiental estado de Bahía.

Después de cuatro días en el litoral brasileño, el español se trasladó a Cristianópolis, cerca de la región selvática y donde el pasado 13 de diciembre compró una hacienda, a la que se trasladó a vivir el día 29 del mismo mes.

Las autoridades sanitarias de Goiás constataron que la hacienda comprada por Pérez, como no estaba siendo habitada, presentaba condiciones de abandono propicias para el mosquito transmisor de la enfermedad, que es el mismo del dengue.

La confirmación de un segundo caso de fiebre amarilla en Brasil aumentó el temor de los brasileños por contraer la mortal enfermedad y la búsqueda por la vacuna se trasladó a ciudades lejanas de la zona de riesgo.

El Ministerio de Salud anunció el viernes que una mujer en Sao Paulo, con síntomas de la enfermedad tropical e internada en el Hospital Sao Luiz, padece de fiebre amarilla.

La alarma hizo que hoy sábado centenares de personas acudieran a los ambulatorios de la capital paulista para ser vacunados, a pesar de la advertencia de las autoridades sanitarias para evitar que se aplique la dosis a quienes no la necesitan.

El pasado 10 de enero el técnico en informática Graco Carvalho Abubakir, de 38 años, murió también a causa de la enfermedad, contraída en Pirenópolis, ciudad del estado de Goiás.

Hasta ahora se han analizado quince casos, con tres descartados, dos confirmados y diez que permanecen en estudio científico.

La muerte de unos treinta micos en Goiás, Minas Gerais y las afueras del Distrito Federal de Brasilia también es analizada por las autoridades sanitarias, pero hasta ahora ninguno de los animales dio positivo.

Entre 1996 y 2007, según el Ministerio de Salud, fueron registrados 349 casos confirmados de fiebre amarilla, con 161 muertes y en todos ellos las víctimas no estaban vacunadas.

Brasil erradicó, desde 1942, la fiebre amarilla en los centros urbanos y todos los casos posteriores se presentaron en personas que viajaron a zonas de riesgo y fueron picadas por el mosquito transmisor.

La situación hizo que Paraguay y Uruguay emitieran una señal de alerta en las fronteras con Brasil, mientras que los argentinos que por estos días piensan pasar vacaciones en suelo brasileño comenzaron a buscar la vacuna en Buenos Aires, según reportó la televisión.