Ver a un médico dentista en televisión recomendando el mejor producto para prevenir la caries, por ejemplo; o a un cantante o actor haciendo lo propio con cualquier otro artículo destinado a mejorar la salud se va a acabar o, al menos, va a estar sujeto a un más estricto control por parte de las autoridades sanitarias.

El lenguaje comprensible y la información veraz que se ajuste a la evidencia científica son dos exigencias ineludibles en la publicidad que se haga a partir de ahora de los medicamentos que no precisan receta médica. Además, ni los profesionales sanitarios, como médicos o farmacéuticos, ni los personajes públicos podrán protagonizar anuncios con estos productos para incitar a su consumo.

La regulación de los mensajes que difunden artículos sin prescripción será a partir de ahora más estricta tras la publicación de la Guía del Sistema Nacional de Salud para la Publicidad de Medicamentos de Uso Humano dirigida al Público elaborada por el Ministerio de Sanidad y que ha contado con el consenso de la Asociación para el Autocuidado de la Salud.

Limitaciones

Se trata del primer manual que clarifica y organiza los requisitos que debe cumplir la publicidad de los denominados medicamentos de autocuidado, que no necesitan prescripción facultativa y se pueden adquirir libremente en las oficinas de farmacia.

La Guía es el primer paso para la reglamentación definitiva que prepara el Ministerio de Sanidad, de aquí a final de año, mediante un real decreto que regulará la publicidad de estos fármacos y actualizará la que ahora es de aplicación, que data de 1994.

El documento aclara principios, requisitos y limitaciones, entre otras condiciones, para la propaganda de mensajes sobre medicamentos, tan habituales en los espacios publicitarios que diariamente dedican los medios de comunicación, sobre todo la televisión y la radio, pero también con abundante presencia en la prensa y cada vez más en los nuevos soportes digitales que posibilita Internet.

El aumento de patologías que requieren productos para el autocuidado y, por tanto, sin necesidad de receta médica y de los que se puede hacer publicidad obliga al control porque, según el Ministerio de Sanidad, son fármacos que no pueden considerarse de segundo nivel ni como productos de consumo.

Además de la prohibición de publicidad por personal sanitario y personajes famosos, la nueva normativa impide que se sugiera en el anuncio que el efecto del medicamento está asegurado, que carece de efectos secundarios o que pueda ser comparado con otros tratamientos, salvo que se trate de productos del mismo laboratorio farmacéutico.

En el caso de los productos de uso pediátrico, el anuncio siempre tendrá que dirigirse al público adulto. Tampoco podrá reflejar violencia, incluida la de género, ni actitudes peligrosas.