Científicos del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) de la Universidad de Las Palmas han descubierto nuevos microorganismos en el océano que limpian la atmósfera de CO2, transportándolo a las profundidades marinas, por debajo de los mil metros. Así lo indicó ayer el catedrático de la ULPGC Santiago Hernández León, durante su intervención en el simposio internacional sobre Oceanografía y Cambio Global, celebrado ayer en la sede de Ciencias del Mar.

"Hemos encontrado un nuevo mecanismo, inédito hasta la expedición Malaspina, que ocurre tanto en el Atlántico como en el Pacífico, por el cual se transporta y secuestra dióxido de carbono (CO2), es decir, que no va a volver más a la atmósfera en miles de años. Se trata de ciertos microorganismos que migran desde la superficie hasta los fondos del océano, y que están comiendo carbono en la superficie y lo están defecando y respirando a mucha profundidad, por debajo de los mil metros; y todos los días realizan estas excursiones".

Hernández apuntó que en los próximos años van a estudiar dicho mecanismo de transporte de CO2, a través de un nuevo proyecto concedido por la comisión interministerial de Ciencias y Tecnología del Gobierno español.

"La comunidad científica no tiene claro cuáles son los mecanismos por los cuales se absorbe dióxido de carbono, y sobre todo, cómo cuantificar esa cantidad de carbono que va hacia el océano. De ahí la importancia de estos organismos que se comen el CO2 y lo llevan rápidamente en un día hacia la zona profunda, hasta cuatro mil metros, hemos observado nosotros. Es una cuestión que no se sabía, se pensaba que un aumento de la producción en superficie lo que hacía era transportar el mismo fitoplancton que se sedimentaba y ahora hemos encontrado esto y lo estamos investigando", indicó sobre el citado proceso de transporte de carbono desde la superficie hacia las profundidades del océano, al que denominan bomba biológica.

"La velocidad a la que eso se produce es muy importante, porque es la capacidad que tiene el océano de mitigar ese efecto invernadero que estamos sufriendo, y gracias a eso la temperatura no ha aumentado más. Quizás podría ser importante en el futuro fomentar estas zonas de alta productividad en el océano para que absorban más carbono, pero eso hoy en día es ciencia ficción, hay que estudiarlo en profundidad", concluyó.

Esta fue una de las ponencias del simposio celebrado en el Campus de Tafira, organizado por el investigador del Iocag Javier Arístegui, y que reunió a la comunidad científica internacional sobre Oceanografía, presentes en Canarias para asistir a la reunión del programa Imber, que coordina un amplio espectro de acciones y actividades relacionadas con el cambio global en todo el mundo.

"Todos los años el comité ejecutivo de Imber se reúne en un país determinado y este año lo hace por primera vez en España y, en concreto, en Canarias. Hemos aprovechado la estancia de los directivos de los grandes programas de investigación en el Ártico, Índico, Antártico..., como el Comité Científico Oceánico de Investigación Global, o el Programa Internacional de la Geosfera y la Biosfera, para hacer este pequeño congreso local, donde interaccionan conferencias de los miembros de Imber y de los miembros de la comunidad científica canaria", apuntó Arístegui.