"Sueño con una enseñanza más libre y más flexible, en la que haya más proyectos creativos que asignaturas". El catedrático de Historia de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, Víctor Pliego de Andrés, expresó ayer de esta forma su concepción de lo que deben ser las enseñanzas artísticas en la lección inaugural del curso 2015-2016 que ofreció en el Conservatorio Superior de Música de Las Palmas.
Pliego, vicedirector del centro madrileño, experto en formación de profesorado y política educativa, es además doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la UNED.
Ayer habló en el auditorio del centro superior de cómo la música se hace presente tanto en la vida interior, en el plano individual, como ejerce de "aglutinante social" y de "armonía del futuro".
Palabras e ideas que compusieron la lección magistral Vivir la música: pensamientos y sensaciones que pronunció Pliego ante la comunidad educativa y compartiendo mesa con el director del Conservatorio Superior de Música de Canarias, Sergio A.Alonso Santana, y el viceconsejero de Educación y Universidades, Juan Manuel Santana Pérez.
"Lo que nos une esta tarde aquí es el amor a la música. Las ganas de vivirla como parte de los distintos proyectos vitales" pues aunque "no todo el mundo dedica su vida a la música todos los humanos convivimos con ella y todos somos musicales", expresó el catedrático.
Todo porque la música es un rasgo intrínsecamente humano y ha sido un factor clave en la evolución de la especie. "Ninguno otro animal hace música, ni habla ni razona" y, de hecho, una demostración de cuan ligada está a la vida es que "cuanto más felices somos más ganas tenemos de hablar, bailar y de tocar", dijo el profesor del conservatorio madrileño.
Directamente al espíritu, Pliego habló de otras sensaciones, otras de sus ideas acerca de la música. "Nos conocemos cuando nos escuchamos internamente y con la voz, el lenguaje, accedemos al pensamiento, tomamos conciencia del mundo".
Y eso porque "el oído tiene conexiones neurológicas con todo nuestro sistema nervioso. No solo escuchamos nuestro interior sino el mundo que nos rodea".
Como instrumento "aglutinador social", "ninguna orquesta ni grupo musical puede funcionar sin el compromiso y la solidaridad de sus miembros" porque "cuando la competición se antepone al espíritu de colaboración empezamos a desafinar, nos amargamos la música y conjuramos la guerra. La música es lo opuesto a la guerra, es el máximo emblema de la paz", dijo el catedrático.
Después Pliego se refirió al sentido de la educación artística: "Es un camino hacia la libertad", para después exponer su lista de reivindicaciones. En ella "sigue estando pendiente aumentar la presencia de la música, de las artes y de la creatividad en todos los niveles de la enseñanza. Creo que por ese camino avanzaremos en la construcción de realidades personales, emocionales, sociales y vitales que nos hagan mejores y más felices".
Y a continuación enumeró sus sueños. "Un futuro lleno de música para todos; que los conservatorios se conviertan en universidades de las artes; que haya más recursos y más apoyo a la educación; y una enseñaza más libre y más flexible donde haya más proyectos artísticos y creativos que asignaturas".
Tras su conferencia ofrecieron un concierto el pianista y director grancanario Iván Martín y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Canarias. Martín (Las Palmas de Gran Canaria, 1978), es uno de los pianistas más brillantes de su generación. Colabora con prácticamente todas las orquestas españolas así como con la Orquesta de París, la Orquesta Filarmónica de Estrasburgo o los Virtuosos de Praga.
