"La persona que te ama nunca te dejará". Una frase que ayer sobrevoló el espectacular Jardín de Cactus en Guatiza donde tenía lugar la boda entre el interiorista grancanario Rafael del Castillo y el catalán Carles Piñero. La última obra espacial del artista lanzaroteño César Manrique, que este año cumplía el 25º aniversario de su inauguración en marzo de 1990, se vestía de gala para acoger una celebración que contó con más de 150 invitados.
El diseñador Roberto Torretta, el periodista de la jet catalana, Carlos Martorell y el escultor Manolo González fueron algunos de los invitados, en los que también se encontraban Víctor Medina, Manolo Martínez del Fresno, Rosy Curbelo, la pintora lanzaroteña Rufina Santana, el escultor Paco Curbelo y el director del Hotel Fariones, Bienvenido Saavedra.
La boda, organizada por al empresa D.O Unike Eventos con el cátering de La Cascada. fue oficiada por la concejal de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Teguise, Mari Paz Cabrera. La soprano sueca Camilla Paulsson, que cuando no está en Lanzarote actúa en la Ópera de Copenhague, fue la encargada de poner música al enlace.
Los invitados pudieron disfrutar durante el cóctel de una selección de vinos blancos de Lanzarote, así como del tinto Amable, perteneciente a la bodega del hermano de Rafael y algunos platos como un wok de tallarines de calamar, chips de morena y postres como un delicioso mousse de aguacate con frutos rojos. Tampoco faltaron unos fresquitos botellines que se repartieron en dos carretillas.
La ceremonia que arrancaba pasadas las seis y media de la tarde se prolongó hasta las tres de la madrugada. Una fiesta que contó con la animación de la batucada Villa People, la decana del carnaval conejero y la música disco a cargo del Dj Maxi Ferrer. Una de las sorpresas de la velada tenía lugar cuando los recién casados sorprendieron a los asistentes con una aparición estelar a lomos de dos dromedarios.
Antes, y mientras los invitados esperaban alrededor de la tarima estratégicamente colocada sobre uno de los lagos artificiales del Jardín de Cactus, Rafael y Carles se acercaban junto a sus respectivas madrinas, Virginia del Castillo (hermana del novio) y la madre de Carles, Rosa María García por el laberinto de las más de mil plantas de cactus que forman parte de uno de los espacios naturales más emblemáticos de la isla.
Uno de los momentos más emotivos se producía justo antes de que Rafael colocara el anillo a Carles. "Te doy las gracias por compartir los mejores momentos...", una frase que apenas pudo terminar por culpa de unas emocionadas lágrimas. "Que nuestro amor sea motivo de alegría", respondía Carles a su compañero.
