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Los trastornos del cambio de hora

Especialistas médicos aseguran que los sectores vulnerables de la población son los que presentan patologías previas

Los trastornos del cambio de hora

A las dos de la madrugada de esta noche las manecillas del reloj retroceden 60 minutos para entrar de lleno en el horario de invierno. La noche más larga del año implica una modificación de las horas de luz y las de oscuridad. Amanece antes y a las 6 de la tarde se hace de noche. Este cambio, por leve que sea, produce una alteración neurohormonal que en el peor de los casos se supera en unos pocos días. Pero, lo que para una inmensa mayoría de la población no pasa de la anécdota supone una molestia para una minoría. Estos son los que presentan cuadros de ansiedad, insomnio, depresión o alteraciones cognitivas. Por ello, los especialistas coinciden en señalar a las personas mayores como los más vulnerables a estos cambios.

El psicólogo grancanario José Manuel Alemán, especialista en trastornos de ansiedad, compara las molestias del cambio horario con un viaje a la Península y el reajuste del reloj. "A lo mejor te puede costar un poco dormir o estás un poquillo despistado. Nada más", señala. Pero, el problema surge entre personas que ya presentan una patología previa y que son más sensibles a estos cambios. "La gente mayor, las personas que sufren estrés o ansiedad o, sencillamente, las que padecen alteraciones del sueño", enumera. "Además, hay personas con trastornos en el estado del ánimo a los que les afecta una exposición menor a la luz diurna, ya que la oscuridad es un factor que favorece un estado de ánimo depresivo". Este fenómeno se agrava en zonas geográficas más cercanas a los polos mientras que se reduce cerca del ecuador. Sin embargo, "hay personas que se reconocen más tristonas a lo largo de la tarde", señala antes de recetar para este y el resto de casos una preparación previa y paulatina al cambio. Aunque aclara: "Es raro que nadie entre por esto en depresión".

Las personas mayores son los que más sienten este cambio en su rutina, especialmente aquellos que padecen un trastorno cognitivo. El doctor Javier Rodríguez, director médico del Centro Sociosanitario El Pino percibe una alteración entre sus pacientes con problemas de memoria o percepción como los que sufren amnesia, alzheimer o depresión.

"Las personas con demencia o un trastorno cognitivo se desorientan cuando cambian los periodos de oscurecimiento y con ello su rutina", explica. "Son personas que se acostumbran a cenar a una misma hora y con unas condiciones lumínicas. Si estas cambian de repente se trastoca su rutina y se puede producir una desorientación", añade, antes de explicar que esto también puede afecta a la melatonina, que es la hormona que regula el sueño. "No es que sea nada grave, pero durante los primeros días puede generar insomnio, cambios en el estado de ánimo y peor rendimiento intelectual y físico", aclara el médico geriátrico. Por esto, este especialista recomienda una adaptación progresiva al cambio y explica que en El Pino ponen en práctica un programa informativo y otro de adaptación al día y centrada en la persona en el que juegan con la luz y las cortinas para despertar a los residentes sin que se produzca un "impacto cuartelario", determina Rodríguez.

Los especialistas coinciden en señalar que los niños se adaptan mejor a los cambios del entorno que los adultos. Francisco Machado, pediatra del Hospital Insular Materno-Infantil, asegura que no existe evidencia científica que "diga que este cambio afecte pese a que los niños son muy de hábitos y es importante mantener una constancia. Se adaptan en horas".

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