La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Salud

Freno al acoso sexual en el trabajo

El Cabildo de Gran Canaria aprueba un protocolo contra este tipo de agresión laboral - Esta situación se puede dar entre iguales, pero es más grave si se trata de un jefe a un subordinado

La terapeuta Ana Lidia Fernández, durante una de las sesiones del curso del Cabildo de Gran Canaria. SANTI BLANCO

¿Si denuncio a mi jefe por acoso sexual puede afectar a mi trabajo? ¿Si soy muy amable con alguna compañera puede entender que la estoy acosando? ¿Qué alternativas tengo si un compañero hace comentarios que no me agradan? Estas son algunas de las dudas que le surgen a los trabajadores del Cabildo de Gran Canaria que asisten a un curso sobre acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral.

El curso nace a raíz de la reciente aprobación de un protocolo de actuación frente al acoso sexual por parte de la institución insular. A través de estas sesiones semanales, que finalizarán en diciembre, los participantes conocerán en qué consisten estas agresiones y cuáles son las medidas de prevención, detección y actuación.

La encargada de estas charlas, Ana Lidia Fernández, terapeuta gestalt especializada en igualdad de género y en inteligencia emocional, explica que el acoso sexual se produce en un porcentaje muy alto hacia mujeres y con un componente heterosexual. "Esta situación se puede dar entre iguales, pero es más grave cuando se trata de un jefe a un subordinado porque tiene un mecanismo de poder que puede utilizar en contra de esta persona que se encuentra en desventaja", apunta Fernández.

La terapeuta señala que los perfiles de las víctimas coinciden. Suelen ser mujeres que están en una situación de debilidad y vulnerabilidad, como mujeres jóvenes, que acaban de empezar su vida laboral, mujeres separadas y divorciadas.

"No es algo aleatorio. Los acosadores eligen muy bien la forma y la persona. Por eso algo en lo que hace mucho hincapié es en que si se presencia un caso de acoso, se documente desde el minuto cero y que se tenga muy en cuenta las sensaciones. Nadie puede discutir que una se sienta acosada", subraya la experta en igualdad.

El acoso grave es más claro, en cambio, el conocido como acoso leve se puede camuflar como un ligoteo, por eso es muy importante poner freno a la situación lo más pronto posible. "Es recomendable decir algo como: No estoy interesada y me gustaría que no me siguieras mirando así, tocando así, diciéndome estas cosas o invitándome a salir", aconseja Fernández.

De hecho, desde el momento que una mujer le comunica a su compañero o a su jefe que no le gusta su comportamiento y éste continúa en la misma línea, se considera acoso sexual. Por eso el protocolo del Cabildo de Gran Canaria insiste en la importancia de transmitirle al posible agresor que no le gusta su comportamiento.

El problema es que en muchos casos el acosador lo hace de tal manera que la víctima es incapaz de probarlo, por eso es esencial el apoyo de sus compañeros. "Estas personas intentan primero una amistad, de ahí pasan a querer relaciones y cuando la víctima dice que no, continúan acosándola hasta llegar al acoso laboral y al chantaje", advierte.

Fernández lamenta la falta de apoyo de los compañeros y, especialmente, de las compañeras ante situaciones de acoso sexual en el ámbito laboral porque normalmente se tiende a culpabilizar a la mujer. "Independientemente de la relación entre víctima y acosador, cuando la víctima dice que no es no, puede ser incluso tu pareja o tu expareja, pero la respuesta es no", asevera.

Compartir el artículo

stats