Organización y constancia. Estas son las claves que han llevado a Carlota García, Aarón Calcines, Ithaisa Medina, Claudia Ramos y Martinna Voetter a obtener la máxima calificación, un 10, en la prueba general de la PAU celebrada en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Los cinco jóvenes, de los cuales tres han estudiado en un centro público y dos en uno privado, no quieren oír hablar del alumno perfecto, sólo se consideran luchadores, "nos marcamos una meta y fuimos a por ella".
La meta de Antonio Aarón Calcines Santana, de 18 años, es estudiar Medicina, como su hermano que actualmente hace la residencia en la especialidad de Traumatología en Sevilla. Alumno del IES José Frugoni Pérez (La Rocha, en Telde), ha sido el que más puntuación ha obtenido este año en la PAU, cuatro 10 en la fase general, y en la específica se presentó a Química y Biología donde sacó un 10 y un 9,7 respectivamente. Sumado a la nota del Bachillerato (9,81), su saldo es de un 13,86, más que suficiente para comenzar la carrera elegida en la Universidad de Las Palmas el próximo curso 2016/2017. "La verdad es que cuando salieron no me lo creía, haciendo mis cálculos no pensaba que llegara a tanto, y cuando me las dieron fui al instituto a preguntar si eran esas notas".
Este joven de Telde no piensa que haya que renunciar a nada para ser un buen estudiante, un perfil que siempre lo ha definido "gracias a la educación que me han dado mis padres desde pequeño, nunca me han tenido que obligar a estudiar, pero me han facilitado que lo haga". Para él el secreto es la organización, "porque no sólo tienes que tener tiempo para estudiar, también para hacer otras actividades, como en mi caso que juego al fútbol, y salir con los amigos. Si te organizas puedes hacerlo todo y todo bien, no hay que quitar tiempo de una cosa para dárselo a otra. Si tienes claro lo que quieres y te esfuerzas, los resultados vienen solos".
Carlota García Barcala, alumna de 17 años del Colegio Hispano Inglés de Las Palmas es, de momento -el 28 de junio se publican las calificaciones definitivas tras los plazos de reclamación-, la que mayor calificación tiene, sumando la media de bachillerato (10). Alcanzó un 13,96 , tras obtener todo 10 en la fase general y en la específica un 9,7 en Biología y 9,8 en Química.
En su caso, tras cursar brillantemente el bachillerato de Ciencias de la Salud, sorprende que se decante por una carrera de letras, Derecho, aunque aún no sabe si estudiar el grado o el doble grado Derecho-Relaciones Internacionales, o Derecho-Criminología. "Soy la indecisión personalizada", dice entre bromas. "Decidí hacer el bachillerato de Ciencias porque iba a tener acceso a un abanico mucho más amplio de grados, aunque siempre he sabido que soy una niña un poco más de letras".
Su fórmula para el éxito es el trabajo y la constancia. "Es algo que he tenido que aprender en estos dos años de bachillerato. Siempre he tenido bastante capacidad, pero tuve que aprender a organizarme, a saber que hay unos tiempos específicos para lo que hago. No me basta con tener capacidad y sin estudiar nada llego al 8, mis padres me han educado de forma que si puedes sacar un poco más de nota trabajando, tienes que esforzarte". Pero ella insiste en que no es un caso único y cita a sus compañeros de promoción, "todos nos mereceríamos un 10, ninguna de mis amigas ha bajado del 13,5 en la PAU, ha sido una promoción buenísima".
Ithaisa Medina Alonso, alumna de 17 años del IES Siete Palmas, también ha concluido la PAU con un 10 en la general y un 9,5 en Biología y 7,5 en Química. Ella es una de las alumnas que han reclamado para subir su media de 12,878 , pero en cualquier caso tiene nota suficiente para entrar en Biología, en la Universidad de La Laguna.
Su clave para sacar buena nota, es "estudiar y organizarse" y es más partidaria de la calidad que de la cantidad en cuanto al tiempo de estudio. "Tampoco hay que dedicarle muchas horas, dos al día y luego un poco más en época de exámenes", indicó la joven que, admite tener "bastante facilidad para los estudios". De la PAU, opina que ha sido más fácil de lo que esperaba, "pero es un poco estresante, se acumula todo en tres días y es agotador", considera.
A Claudia Ramos Padilla, estudiante de 18 años del Colegio Heidelberg, no le sorprendió tanto el sacar un pleno de 10 en la fase general de la PAU, como que fuera la única de su centro en hacerlo. "Me extraña que haya tan poca gente, yo normalmente he sido de notas similares, pero no pensé que fuera a ser la única en mi colegio con sacar esa calificación".
Con su media de 13, 36, tras sacar en la fase específica un 7,9 en Química y 9,5 en Biología, ya tiene vía libre para estudiar Odontología, en la Universidad Complutense de Madrid, la misma carrera que cursa su hermano, siguiendo ambos los pasos de su padre. "Cuando me examiné de la PAU iba con la única expectativa de sobrepasar la nota de corte para no quedarme en el límite, lo demás no me importaba tanto. Siempre he querido estudiar Odontología, mi padre es odontólogo y además, yo de pequeña también tuve ciertos problemas con mi boca, y desde entonces ya tuve claro lo que quería ser de mayor".
Claudia también es de la opinión de que en los estudios lo mejor es la organización, una lección que asumió en primero de bachillerato, el curso "más difícil", a su juicio. "Fue en primero cuando aprendí a organizarme, a ver los exámenes que tienes con antelación y no ponerme el día antes a estudiarlo todo. Poco a poco, te entra más fácil, y tampoco hay que dedicar todo tu tiempo a estudiar, eso no ayuda, hay que saber cuando tienes que parar, salir, dar una vuelta, y luego volver a empezar. Tu vida no puede girar sólo en torno a eso".
A quien sí le sorprendieron los resultados fue a Martinna Voetter García, alumna de 17 años del IES Cruce de Arinaga, que junto a su pleno al 10 de la fase general, alcanzó un 10 en Biología y un 6,8 en Química. En total tiene una media de 13,36 que le abre las puertas a los estudios de Medicina en la Universidad de Las Palmas.
"No me esperaba las notas, no iba segura porque esos días estuve un poco enferma y no tenía muchos factores a favor. Confiaba llegar a la nota de corte, pero no superarla por tanto", indicó esta joven de Uruguay que desde los cuatro años reside en Gran Canaria, y que desde muy pequeña tenía claro que iba a ser médico. "Nunca me he visto en otra cosa, me encanta trabajar en un hospital, ayudar a otros, y sobre todo trabajar con niños, por eso he pensado en Pediatría, pero es sólo una opción".
Martinna piensa que para sacar buenas notas sólo hay que "ponerle ganas", algo que hace extensible a cualquier meta en la vida. "Si le pones ganas te tomas las cosas de otra manera y te sale mejor. Yo quería muchísimo estudiar Medicina e hice lo imposible para poder conseguirlo. Esa es la clave, ponerte metas e intentar alcanzarlas".
Incertidumbre
Los cinco jóvenes se sienten afortunados de haber formado parte de la última generación de la PAU, consideran que se han quedado en la frontera entre una prueba de acceso consolidada y otra amenazada por la incertidumbre.
"Yo me alegro de haber nacido en mi año y haber hecho la PAU", indicó Claudia Ramos, "porque los alumnos no saben que van a hacer el año que viene e incluso los profesores no saben ni que van a dar. Ser los primeros en estrenar algo que no está bien consolidado puede ser un problema para las personas que quieran ir a la universidad, no sé como se va a organizar eso".
A salvo de incertidumbres, los cincos jóvenes que han culminado el instituto de forma brillante, avanzan, por lo pronto, hacia un verano prometedor. Claudia se va de Interrail por Europa con sus amigas, Carlota de crucero también con amigas por el Mediterráneo, Aarón tiene como primer destino Cádiz, "y luego lo que salga", Ithaisa aún no lo tiene claro y Martinna pondrá rumbo a Málaga. Todos con la intención de pasarlo bien y coger fuerzas para septiembre. "Porque la PAU es un logro, pero no deja de ser un examen, lo más difícil empieza ahora", concluyó Carlota.
