En la segunda mitad del siglo XIX William Gull y Charles Lasègue se disputaron la paternidad de la anorexia como trastono clínico, que ambos habían catalogado y descrito casi al unísono. El principal colectivo que trabaja en las Islas con patologías de la alimentación decidió dejar la partida en tablas y honrar a ambos en su denominación.

Hoy la asociación Gull-Lasègue, que tiene su sede en el centro Fátima, situado en la calle Antonio Manchado Viglietti de Las Palmas de Gran Canaria, atiende a más de 80 personas, de las que aproximadamente la mitad reciben tratamiento en su centro de día, haciéndolo el resto de forma ambulatoria.

Julia Castellano es su vicepresidenta, y como otras personas que integran su directiva, llegó a ella porque su hija sufrió un trastorno de este tipo. "La asociación la fundó en 1999 Josefina Sánchez, Lóipez, una madre que tuvo que salir de la Isla para tratar a su hija. Nació para dar ayuda a los padres, pero tras constatar que aquí la sanidad pública no atendía estas patologías de la forma que se merecen, se comenzó a dar tratamientos", explica.

A día de hoy, Gull-Lasègue es el único recurso que en la provincia de Las Palmas ofrece un abordaje integral dirigido a estos trastornos. Cuenta con cuatro psicólogos y dos nutricionistas para atender a todos sus pacientes. Castellano cree necesario un quinto psicólogo -hay una lista de espera de diez personas esperando ser tratadas- pero las aportaciones económicas no dan para más. La asociación recibe una subvención de la Consejería de Sanidad del Gobierno canario, y otra del Cabildo grancanario dirigida al comedor terapéutico. Esta última institución cede además las instalaciones que Gull-Lasègue disfruta en el centro Fátima desde 2013, que albergan el centro de día.

No obstante, la obtención de los 380.000 euros anuales que consumen los servicios que se ofrecen supone una lucha constante para sus responsables, porque con la aportación pública no llega. Así, buscan dinero debajo de las piedras, con aportaciones privadas o a través de actos benéficos. Como la merienda-bingo que el próximo 6 de octubre se celebrará en el Real Club Náutico de Gran Canaria con un precio de admisión de 18 euros. Por una buenísima causa.