La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a José Antonio Ritoré

"El poder que tienen los ciudadanos a través de internet es real y efectivo"

"Las redes son el camino, pero para los grandes temas necesitas a los medios y los agentes sociales", explica el director de campañas de Change.org

José Antonio Ritoré trabaja en una cafetería tras finalizar su charla en el Insular I del Cabildo de Gran Canaria. ANDRÉS CRUZ

¿Dónde reside el éxito del proyecto de Change.org como elemento democratizador?

Nuestra misión consiste en empoderar al ciudadano para que consigan los cambios que quieren. En este sentido, lo realmente emocionante es ver como centenares de ciudadanos que un día decidieron actuar, pasar a la acción e iniciar peticiones, consiguen cientos o miles de apoyos y logran victorias. Esa es la esencia de esta plataforma neutral y abierta en la que cualquiera puede promover cambios. El éxito reside en dar voz e influencia al ciudadano en las esferas de poder. Llegó la revolución 2.0 y nació Change.org con la idea de que el usuario sienta que tiene poder y que puede participar, proponer cambios, dirigirse a las instituciones públicas, a las empresas y que puede ser escuchado. Por otro lado, los decisores han entendido que los usuarios, los ciudadanos, tienen cosas que aportar y necesidades y cada vez escuchan más.

¿Entiende que la participación o el activismo ciudadano en las redes sociales es un fenómeno al alza?

Lo que está claro es que las reglas del juego cambiaron para todo el mundo. Hoy hay millones de personas opinando, elevando su voz, generando contenidos y difundiéndolos. Esto es algo que antes era inviable. Y dentro de esta línea, una de las cosas que hemos debatido en las jornadas de Democracia y Ciudadanía, es que el camino sigue siendo ese. El poder que tiene internet para dar voz y posibilidades al usuario sigue creciendo, va a seguir creciendo. Cuando alguien en España, donde tenemos 10 millones de usuarios, se encuentra ante un problema y la necesidad de cambiar una situación, automáticamente piensan en crear una campaña en Change.org. Hay muchas otras cosas que pueden hacer, pero sentimos que hemos empezado a formar parte de la vida cotidiana de los ciudadanos. De hecho, somos el país con el mayor porcentaje de usuarios, ya que casi el 25 % de los usuarios de internet son usuarios de Change.org.

Ha salida publicado que esta plataforma logra dos victorias al día en España. ¿Es correcto?

Sí. Obtenemos una victoria cada hora en el mundo y entre una y dos victorias en España cada día.

Muchas voces críticas señalan que las firmas no llegan a generar cambios. ¿Qué le parece?

No es así. Le cuento un ejemplo notorio de este mismo lunes. Dos personas sordomudas de 81 y 86 años estaban a punto de perder su casa al ser embargados, porque uno de sus hijos les embaucó en operación financiera. Otro de sus hijos inició una petición, se generó una gran movilización digital, otra en el barrio donde viven, y finalmente, al cabo de cuatro días, la entidad financiera comunicó a los afectados que les ofrecía una serie de alternativas. Con este ejemplo vemos que el poder que tienen los ciudadanos es real y efectivo. Cada día vemos este poder en muchos temas y ámbitos. Lo que pasa es que como cada uno vivimos en nuestra pequeña burbuja no nos enteramos de que cada día se producen victorias locales. Y es tan importante lo pequeño como lo grande; con mil firmas y con 200.000.

¿Sienten que están ocupándose de una responsabilidad civil que otras instituciones o colectivos no han sabido cumplir?

Hay muchos agentes sociales, cada uno tiene una misión y la mayoría lo siguen teniendo. Sí que creemos que internet es el camino, pero necesitas que haya una conexión y una colaboración con los medios y los agentes sociales. Eso es lo que va a hacer que las grandes peticiones se consigan. De hecho, hay algunas que han tardado años en conseguirse y Change.org ha estado en el inicio. Hemos acompañado a personas que han logrado reunirse con diputados, gobiernos territoriales, ayuntamientos y medios y al final ha conseguido una victoria. Los grandes temas necesitan grandes despliegues.

¿Han recibido presiones desde las instituciones o empresas para silenciar alguna petición?

No. Todo el mundo entiende que las reglas han cambiado y que Change.org es un mecanismo de participación y empoderamiento ciudadano. Puede que haya casos en los que no escuchen y no respondan públicamente, pero hay muchos que han acabado aplicando los cambios que les pedía el ciudadano. Pero vamos, en España no hemos tenido presiones para eliminar o cambiar una petición.

En Canarias fue muy sonada la iniciativa contra las prospecciones petrolíferas. ¿Qué otros casos notorios recuerda?

En Canarias hay más de 300.000 usuarios activos y están muy vinculadas a sucesos puntuales y a las grandes preocupaciones. Además, tenemos grandes creadores de peticiones que no solo afectan a las Islas. Me acuerdo del caso de Marcos Lechet, de Gran Canaria, que inició hace tres años una petición para hacer más accesible los implantes cocleares y los audífonos, porque con cinco años se quedó sordo, a los veintitantos se puso un implante y está luchando para reducir los costes. En las últimas semanas y meses hemos tenido muchas peticiones por noticias puntuales, como una que pide una base de hidroaviones a raíz del incendio en La Palma. Es una petición que ha canalizado en el Congreso a través de un grupo político que le ha dado apoyo. Después hay otras muchas sobre los derechos de los animales, cuyo colectivo de defensores es muy fuerte en las Islas. Hay otras relacionadas con Medio Ambiente, en contra de la explotación de playas vírgenes y contra la construcción de complejos turísticos. Estos son los grandes temas canarios: injusticias urbanísticas, derechos de los animales y temas vinculados a momentos concretos. También hay casos relacionadas con los impuestos y derechos del consumidor. Hace poco hubo una de un ciudadano que sufrió un accidente en un barco entre Gran Canaria y Tenerife. Se resbaló en una escalinata mojada, se rompió varias vértebras y tenía un dolor gigantesco, pero no recibió ninguna atención en las cuatro horas del trayecto. Este demanda que la naviera incorpore algún tipo de personal sanitario en las travesías de más de tres horas. Muchas veces son cosas cotidianas. Hay muchos temas, al margen de la agenda política, en que un ciudadano abre el camino para allanar el de otros.

¿Hay casos en España que, de alguna manera, han cambiado las reglas del juego?

Bueno, ha habido personas que han llegado ha cambiar una ley orgánica. Elena Alfaro, por ejemplo, es una madre que consiguió introducir una modificación en la Ley Orgánica de Educación para que todos los colegios tuvieran bancos con libros de texto gratuitos. Ahora hay varias campañas en lucha, lo que pasa es que llevamos un año sin Gobierno. Hay muchas campañas relacionadas con la conciliación y los autónomos. Otras han conseguido cambios importantes sobre los desperdicios de comida. Muchas veces cuando hay un vacío estatal se empiezan a conseguir cosas. También vemos como hay comunidad autónomas que están empezando a aplicar peticiones dirigidas al Gobierno central pero que en Valencia, Cataluña, Murcia o Madrid, por ejemplo, han empezado a implementar.

¿Queda mucho por avanzar en el camino del activismo y la participación social a través de internet?

El camino que ha abierto internet y las redes sociales es el de ser escuchados. Nuestro caso no consiste más que en el hecho de ser un gran canal de expresión y petición para mucha gente que antes no encontraba la manera o los vehículos. Antes solo tenían las cartas al director en los medios o las cartas formales a las instituciones que, sin el contacto adecuado, acababan siempre en algún cajón olvidado. Ahora la unión de cientos o miles de personas trabajando en una misma cosa, con la repercusión que genera en los medios, provoca que las personas que deciden sean más sensibles a lo que ocurre fuera de sus despachos.

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