"Canarias tuvo cinco obispos consecutivos del movimiento de la Ilustración: Cervera, Herrera, De la Plaza,Tavira y Verdugo, el último", explica Julio Sánchez, sacerdote e historiador de la Iglesia, que presenta hoy su última obra: "Manuel Verdugo, obispo de Canarias. Bicentenario de su fallecimiento (1816-2016)". Esa circunstancia "ilustrada" hace que la diócesis de Canarias haya sido única en España y refuerza el valor de la vida, obra y legado del primer y último obispo canario en la sede canariense. Verdugo hizo el número 52 en la historia de los obispos de Canarias que, dos siglos después, llegan a 68 en la persona de Francisco Cases Andreu.
La obra sobre Verdugo es "historia y arte", adelanta el sacerdote sobre el volumen que hoy presenta junto a Cases y al arcediano de Fuerteventura José Lavandera. "Es la biografía de Verdugo en su época", cuenta. "Hay dos característica que le definen: pastor e ilustrado mecenas. No hay que olvidar que fue el último obispo que tuvo como jurisdicción las siete islas. A su muerte se crea el obispado de Tenerife". Del pastor Julio Sánchez incluye en el libro y cita con interés una carta "pidiendo la paz" entre Gran Canaria y Tenerife, cuando Fernando VII estaba encarcelado y había que crear Juntas provinciales y se peleaban las capitales.
"Se preocupó del desarrollo del pueblo. Por ejemplo, pagó la vacuna contra la viruela recién inventada y la difundió por las siete islas para salvar niños", relata. "Fue muy importante para la salud en la ciudad cuando puso una cañería nueva y cerrada desde la Fuente Morales hasta los pilares de Las Palmas que tenía el agua muy contaminada. Y pagó un puente sobre el Guiniguada".
El libro se completa con el "legado artístico de Verdugo" que estudia siete retratos que se han conservado. "Es el más retratado", recalca Julio Sánchez. "Los hay en el museo de arte Sacro, otros en la Casa de Colón y en Tenerife. Son estudiados por Alejandro Lorenzo Lima. También se incluye todo el pontifical: báculo, mitra y cálices". Junto a Sánchez y Lima figuran como colaboradores Jesús Pérez Morera, Juan Ramón Gómez-Pamo y Francisco Fernández de Béthencourt.
"Porque no hubo más obispos canarios aquí es un misterio", sentencia Sánchez. "Hubo hasta on-ce canarios, pero fuera de la diócesis, en América. Fue la política de la Santa Sede para evitar enchufes, que el obispo tenía mucho poder y una buena renta. Sería por esas razones".
