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Tecnología

El almuerzo viene volando

Una empresa canaria de reparto de comida a domicilio prueba con éxito su primer envío con un dron

El almuerzo viene volando

El futuro nos está haciendo cosquillas. No queda mucho para que las viandas desciendan por el aire a casa directamente desde el restaurante, dron mediante. Canary Flash, empresa que sirve comida a domicilio en Las Palmas de Gran Canaria para distintos establecimientos de restauración, hizo la pasada semana en Mogán una prueba pionera con uno de estos artilugios voladores que tanto asombro causan. La próxima vez que el encargado de tomar la comanda por teléfono nos diga desde el otro lado de la línea que "el pedido va volando", quizá debamos tomárnoslo al pie de la letra.

Luis Hernáiz, gerente de Canary Flash, explica que la prueba tuvo un carácter meramente prospectivo, porque a día de hoy la legislación no permite operar en la Isla con drones al norte de Maspalomas. "Se nos ocurrió la idea, lo vimos en otros países. Las empresas de drones nos indicaron que la legislación es bastante dura. Nos estuvimos informando de cara a la realización de esta prueba piloto. Nos dijeron que en Las Palmas ni lo planteáramos, porque nos lo iban a denegar directamente. Se podía probar de Maspalomas para abajo, pero no más al norte. Sabemos que no es legal volarlos en la capital, pero en otros sitios se están revisando legislaciones", comienza explicando.

Una vez decidido el emplazamiento sureño, se procedió con el vuelo, que tuvo la emoción y la incertidumbre con la que se urden los despegues pioneros. Así, el pequeño Kitty Hawk se ubicó a las afueras de Mogán: "Cogimos comida de uno de los restaurantes con los que trabajamos, la pusimos en una caja con una bolsita y despegamos desde un terreno en Mogán rumbo a la casa de un amigo, en las afueras del pueblo. Intentamos que el trayecto fuera por el campo". Siete minutos tardó el artilugio en trasladar el refrigerio hasta su destino, teledirigido por un operador desde su dispositivo móvil.

Hernáiz, que no cree que este servicio pueda estar operativo antes de dos o tres años, vislumbra las características que podría tener de llegar a fructificar la iniciativa, inspirado en la experiencia que ya implementa el gigante Amazon. "Sería para clientes ya registrados, que puedan pagar online o a través de servicios como Paypal. Además, el cliente tendría que garantizar que el dron pueda aterrizar frente a su casa, así que no puede ser un edificio". El gerente de Canary Flash piensa especialmente en Tafira, zona de chalés a la que a día de hoy las motos de su empresa no acceden porque el tiempo que tardarían en transportar la comida no permite que llegue caliente a su destino. "En un sitio como por ejemplo Mesa y López sería una locura operar con drones", asegura, "me refiero a Tafira, y con un pedido mínimo, tipo 20 o 30 euros, como para que el vuelo del dron sea rentable".

El aparato que voló el otro día tiene una autonomía de media hora, pero como explica Hernáiz, "este mundo va a pasos agigantadas, ahora han sacado una batería de litio que promete más autonomía". El empresario calcula que el dron desplazaría la comida hasta Tafira en apenas ocho minutos, cuando ese mismo trayecto en moto se dilata unos 20 o 25 minutos: "Así, podrá hacer 4 o 5 pedidos a la hora, mientras que una moto sólo alcanzaría a llevar dos en el mismo plazo".

Esta comparativa pone sobre la mesa uno de los grandes temores que conlleva la implantación de esta tecnología: la destrucción de puestos de trabajo. ¿Acabarán los drones realizando la labor que hoy asume la flota de motoristas que trabajan en Canary Flash? "La idea no es destruir ningún puesto de trabajo; al contrario, creo que esto puede crearlos. La flota terrestre es la piedra angular de esta empresa", afirma taxativo el gerente, que tiene claro que "no queremos dejar de repartir en moto".

Dificultades

Luis Hernáiz tiene claras las dificultades que entraña la implantación de un servicio de estas características en la Isla, pero cree que con la experiencia piloto de la pasada semana su empresa se coloca en pole position para cuando esta iniciativa sea viable. "Quisimos hacer una prueba para ver si era factible. Amazon ya está operando drones. En Estados Unidos se plantean estas cosas muy seriamente, se desarrolla duro. Lo pensamos para Tafira y en dos o tres años si la legislación lo permite, pero queremos ser los primeros en hacerlo. Nosotros tenemos una flota de una treintena de motos, pero hay ciertas zonas a las que no llegamos, como Tafira o Santa Brígida", añade.

Si finalmente la iniciativa de Canary Flash es viable en un plazo de dos o tres años, como prevén los responsables de la empresa, bien puede ser que los drones que emprendan el servicio entonces nada tengan nada que ver con el que realizó el vuelo experimental hace unos días. Esta tecnología no para de superarse, de ampliar sus prestaciones y la autonomía con la que puede realizar sus misiones, cada vez menos dependientes de la supervisión humana.

Así, si hasta ahora estas aeronaves venían siendo guiadas por control remoto desde un teléfono móvil o una tablet, ya las hay que se dirigen al objetivo como si fueran un misil balístico. El gerente lo explica: "Hay ya un sistema que va solo, les das las coordenadas a las que quieres que se dirija y él llega. Ya funciona y no es caro. Hasta ahora el pilotaje es manual, pero lo ideal sería que fuera automático. Además, el sistema manual tiene un riesgo, que el piloto conduzca mal y el dron protagonice un accidente".

En la entrega de paquetes transportados por drones, esta empresa canaria sigue la estela de Amazon, rey planetario del comercio electrónico, que hace más de tres años anunciaba su proyecto Prime Air. La iniciativa fue contemplada entonces como poco más que un astuto golpe de marketing que pretendía presentar como viable una idea que aún permanecía anclada en los dominios de la ciencia ficción. A pesar de la tibieza con que fue acogida Prime Air, en Amazon no se cruzaron de manos y trabajaron para hacer factible el controvertido servicio. El pasado 14 de diciembre se coronó con éxito la primera prueba. Un cliente del Reino Unido recibía en la puerta de su casa el paquete con su pedido transportado por el dron, apenas 13 minutos después de hacer la compra. Se abría un debate sobre los alcances jurídicos y tecnológicos de esta iniciativa, que resultó ir en serio.

Canary Flash cumplió hace cuatro días dos años de existencia. La empresa opera en Las Palmas de Gran Canaria, municipio al que da cobertura casi al completo, desde el final de Guanarteme hasta la ULPGC. A día de hoy trabaja con 45 restaurantes. Su rápida expansión ha sido posible, entre otras cosas, porque vino a ocupar un nicho de negocio desatendido, No existía otra empresa que realizara el mismo servicio en la capital, a pesar de que en todas las grandes ciudades operan compañías que lo llevan a cabo. La que lo había cubierto en Las Palmas tiempo atrás había cerrado sus puertas.

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