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Cerco feminista a los vientres de alquiler

El partido crea una plataforma para impedir que se legalice la maternidad subrogada y alerta de que supone una mercantilización y explotación de la mujer

José Herrera, Lola Cáceres, María Jesús Fernández, Felipe de la Nuez, Nieves Rodríguez y Silvia Santana.

El Partido Feminista de España en Canarias anunció ayer la creación de una plataforma contra los vientres de alquiler, una práctica que si bien no es legal en España se extiende cada vez más entre nuestra población acudiendo a gestantes que están en países donde la maternidad subrogada sí está permitida. Dicha plataforma pretende impedir que llegue a aprobarse en España y a su vez poner el foco en lo que tienen de explotación de las mujeres, aprovechando a menudo condiciones de extrema pobreza. María Jesús Fernández, coordinadora de este partido en Canarias, indicó que "los vientres de alquiler suponen un delito de trata de seres humanos, otra forma de explotación, cosificación de las mujeres, paa satisfacer los deseos de paternidad y maternidad de familias adineradas".

La plataforma exige que se mantenga la prohibición de la maternidad subrogada y propone acudir a la adopción a aquellas parejas que no puedan procrear y quieran hijos.

Según fueron degranando los convocantes de la plataforma, la denominada maternidad subrogada constituye ya un mercado planetario plenamente desarrollado, en el que se trafica con vidas y que genera pingües beneficios a mafias e intermediarios según una perversa lógica mercantil. "Promueve el tráfico y la trata de mujeres y menores de edad. Las mujeres son tratadas como ganado y confinadas como si estivueran en granjas para la gestación"añadió Fernández.

Las mujer que actúa como vientre de alquiler ni siquiera es la principal beneficiada de todo este tráfico; el grueso del dinero generado acaba en otras manos. Encargar un niño por este procedimiento cuesta entre 50.000 y 200.000 euros, de los que sólo 5.000 van a parar a la mujer que gesta.

Además, denunciaron que esta circunstancia no hace sino ampliar la brecha entre países ricos y países pobres: "Las clínicas de gestación crecen en todo el mundo, especialmente en los países pobres. Lo que hay detrás es extrema pobreza, se aprovecha para establecer fábricas de bebés a la carta". Son prácticas que alían el capital y el patriarcado.

A pesar de que no son legales en España, va calando en la sociedad una cierta permisividad con respecto a las prácticas de maternidad subrogada. Pusieron como ejemplo de esto la reciente celebración de una feria de vientres de alquiler, donde se ofrecía la gestación subrogada con todas las técnicas marquetinianas de cualquier otro producto mercantil.

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