Los estudiantes no tienen una visión muy diferente del resto de la sociedad acerca de aquellas áreas de las administraciones públicas que deberían ser reformadas o reforzadas. Así, centran sus mayores insatisfacciones en el sistema sanitario y el educativo.
Preguntados por aquellas áreas que, a su juicio, precisan de una inversión prioritaria de la Administración para mejorar la calidad de vida, el 45,6% ofreció como primera respuesta el sistema sanitario. Esta opción apareció en las respuestas posteriores en el 83,7% de los encuestados.
El sistema educativo se sitúa en segundo lugar, pues es citado por el 33% de los encuestados como sector que necesita una inversión prioritaria de la Administración para mejorar la calidad de vida. En las siguientes respuestas es citado por el 83,7% de los alumnos de la universidad.
Tras estas dos áreas, ya a considerable distancia, se sitúan en esta encuesta la investigación y el desarrollo, transportes y comunicaciones, prestaciones sociales, medio ambiente y energías renovables, y vivienda.
Dinero y bienes materiales
Para una buena parte de los estudiantes encuestados en el documento del Consejo Social de la ULPGC, la calidad de vida se traduce directamente en cuantías monetarias y bienes materiales. El 35,6% de los alumnos preguntados por aquellos elementos que más influirán en el progreso y la calidad de vida, proporcionaron como primera repuesta el bienestar económico y material, mientras que el 52,1% los esgrimieron como segunda respuesta.
Tras el bienestar económico y material, los elementos que influirán en el progreso y la calidad de vida, según estos estudiantes universitarios, son, en orden de importancia: Encontrar un modelo económico de desarrollo sostenible, la competitividad de España como país, las fuentes de energías alternativas, la aplicación de los avances científicos a la vida cotidiana y la conservación del medio ambiente.
La evolución de aspectos relacionados con la calidad de vida en España merece una visión pesimista por parte de los alumnos en lo que respecta a la confianza en las instituciones, que sufren una importante erosión. El 80,2% de los consultados piensa que la confianza en las instituciones evoluciona mal, el 16,4% regular, quedando un exiguo 3,4% que piensan que evoluciona bien.
En este capítulo, las valoraciones del alumnado trazan un cuadro generalmente descorazonador respecto a las diferentes cuestiones. El 70,9% opina que la imagen de España en el exterior evoluciona mal y el 22,1% cree que lo hace regular.
La evolución de la situación de las familias es mala para el 69,2% y regular para el 25,4%, mientras que la calidad de vida se desploma ante los ojos de estos estudiantes. El 58,3% entiende que su evolución es mala sin paliativos, mientras que un 32,1% condesciende a considerarla regular, Sólo el 9.3% cree que este parámetro evolucione de forma positiva.
Mucho mejor valoración merece el clima de convivencia, cuyo desarrollo merece un "bien" para el 23,4% y un "regular" para el 38,5%. Aun así, el 38,1% piensa que este parámetro también evoluciona mal.
