La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

"El agresor sexual suele ser varón, pero hay casos de madres y abuelas"

"Se necesita dotar a los profesionales de cualificación y más recursos", manifiesta la psicóloga, Sandra Baita

Sandra Baita durante la entrevista. MIKI LÓPEZ

Sandra Baita es psicóloga y experta en abusos sexuales a menores. Desde hace veinticinco años, centra su trabajo en la evaluación de sintomatología disociativa y postraumática en infancia y adolescencia víctima de violencia. Estos días está en España hablando sobre este tema. Es autora del libro Rompecabezas, un manual de referencia sobre disociación y trauma en menores.

¿Qué secuelas puede sufrir un menor víctima de violencia?

Pueden ser muy variadas y muchas veces pueden ser vistas como conductas y no como secuelas: trastorno de la alimentación, abuso de sustancias, agresividad... La clave está en estudiar por qué se produce eso, cuál es el origen. Cuando se aborda desde ese ámbito, salen a la luz más casos.

Usted es experta en abusos sexuales a menores. ¿Hay estadísticas fiables?

No. Los datos que hay son sólo los casos conocidos. Se dice que por cada uno que se descubre hay dos que están ocultos. De todas maneras, no por dar más visibilidad, por saber que existen más, se logra controlar. Es necesario que se impulsen campañas de sensibilización social ¬permanente y que se dote a los profesionales de capacitación y de recursos.

¿Cómo se detecta si un menor es víctima de abuso sexual?

Es difícil, sobre todo si se produce en el ámbito familiar, y depende también de la edad de la víctima. Si es pequeño muchas veces se descubre de manera accidental. Por ejemplo, cuando le están bañando y de manera espontánea pide que le toquen o que le sequen como hace una persona en concreto. Si la mamá le pregunta por qué, despierta en el niño el recuerdo y lo cuenta. Los adolescentes suelen contarlo por miedo a un embarazo, o si es el padre el autor del abuso suele limitarla para que salga con chicos o con amigos y ella se revela.

Debe ser difícil para una madre escuchar que le esté ocurriendo algo así a un hijo.

Sobre todo cuando es en el ámbito familiar. En el caso de los preadolescentes y adolescentes es muy importante que se sientan escuchados y que se les crea, porque si no, esa puerta se vuelve a cerrar y las consecuencia siempre son peores. En estas edades lo pueden contar si existen las condiciones idóneas y la otra persona está preparada para escuchar y hacer las preguntas adecuadas. Y luego está la protección real; tienen que sentir que van a estar protegidas de la persona que abusa de ellos. Este aspecto es importante, porque incluso con síntomas físicos de que ha existido maltrato o abuso, a veces el relato tarda en aparecer.

Es el miedo.

Claro. El abuso sexual tiene dos componentes. Uno es que el abusador necesita que se mantenga el secreto, una característica que no aparece en otras formas de maltrato. Y eso lo puede hacer convenciendo por las buenas a la víctima, con regalos, diciéndole que es un juego... La otra forma es la coacción, infundir el temor de que si habla le puede pasar algo muy malo a él o a ella, o a su madre, o que se romperá la familia... Puede ser tan enorme, que es una motivación muy fuerte para que la víctima no hable.

¿Los abusadores sexuales siempre son hombres?

No. En la mayoría de casos son hombres que abusan de niñas, de niños o de ambos. Pero también se da en el caso de madres, abuelas, tías, maestras... Lo que ocurre es que hay características diferenciales, porque es un abuso que se confunde con el cariño, con la protección. Por ejemplo, un niño de nueve años que tiene una pesadilla y su madre se lo lleva a su cama y le acaricia por todo el cuerpo. O también puede ser cuando hay unas prácticas de higiene excesivas hasta una edad ya prolongada. En estos casos todo es más extraño.

¿Cómo puede un padre, una madre, unos abuelos, tíos... abusar de un niño?

En términos generales, como sociedad, nos cuesta pensar que se pueda abusar de un menor y más si es de la familia. Esa es una de las dificultades para descubrir estos casos. Otra es que no hay un perfil específico del abusador sexual, que puede ser una persona con una enorme cantidad de trastornos o con ninguno. Los hay que abusan de los hijos de su esposa, pero no de los biológicos, y también ocurre lo contrario... Por eso cuando se interviene se pone mayor énfasis en la protección del menor.

Compartir el artículo

stats