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Entrevista a Orlando Brito Jinorio

"El fin del CAAM es acoger las disciplinas que contaminan y construyen el arte"

"La cantidad y calidad de los actuales artistas del Archipìélago no se traduce en el mercado del arte", afirma el director del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM)

El director del CAAM, Orlando Britto, el pasado jueves en la sede de Los Balcones 11, en Vegueta. J. PÉREZ CURBELO

Regresó usted al CAAM con la voluntad de recuperar los principios fundacionales acerca de la tricontinentalidad, cubrir las carencias de programación, implementar la presencia femenina y generar una nueva dinámica que hiciera del centro un sitio de encuentro alrededor de la creación en su sentido amplio. ¿Qué balance le merece el último año?

Es un balance positivo en muchos aspectos. Por un lado, esto ha sido posible gracias al trabajo de todo el personal del CAAM, esto es un trabajo en equipo. Y desde que regreso a esta casa una de mis intenciones ha sido el recuperar el espíritu fundacional actualizándolo a nuestros tiempos. Quiero decir que uno de los aspectos fundamentales de trabajo ha sido, no solo esa incidencia sobre el contexto de Canarias, que es fundamental, en su diálogo con el mundo a través de esas líneas que llamamos de la tricontinentalidad, ese diálogo con el Caribe y Latinoamérica, con Europa y con África, sino también desarrollar un modelo de centro de arte con un carácter multidisciplinar. Esto que significa, que hemos estado desarrollando nuevo formatos de actividades, algunas de ellas en pruebas, viendo cuáles son los resultados y con la intención de que no sólo seamos un centro donde se pueda observar las artes visuales y plásticas, sino que dado que el creador contemporáneo se nutre del conjunto de las realidades, de esta riqueza que tenemos a diario de carácter cultural, político, ecológico, etcétera, e intentar que el centro también recoja todas esas pulsiones a través de diferentes actividades.

¿A qué proyectos en concreto se refiere?

Hemos puesto en marcha formatos como el ático tertulias, estamos muy contentos con el resultado porque es un espacio que permite que profesionales jóvenes de diferentes disciplinas puedan mostrarnos lo que están desarrollando, desde nuevas propuestas urbanísticas, huertos urbanos, otras disciplinas artísticas fronterizas, digamos. Estamos obteniendo un buen resultado de público. Esto lógicamente junto a un programa expositivo que estamos desarrollando en esas líneas fundamentales. También hemos puesto en marcha otras actividades destinadas a otros públicos sensibilizados con lo que sería la creación musical. No solo hemos acogido ciclos como Sofar Sounds, con diferentes perspectivas para los jóvenes músicos, sino como Jazz CAAM, otros vinculados al arte sonoro como CAAM Sonoro. En esta nueva etapa, de lo que se trata es devolver el CAAM a la ciudadanía, porque es a quien le pertenece este centro. Nosotros trabajamos para ellos desde la excelencia, estamos obligados a ello por nuestra trayectoria, por todo, pero esa excelencia implica que pueda incorporarse un sentido multidisciplinar al centro que complemente lo que sería el corazón, el eje central de las artes plásticas y visuales.

En cuanto al discurso expositivo que ha desarrollado en este período, se ha puesto el acento en potenciar la presencia de la creación femenina, tanto la contemporánea como en la revisión de figuras históricas con las que el CAAM tenía deudas pendientes, sobre todo por las limitaciones de espacio que impiden exhibición permanente en el centro.

Esto es parte del compromiso. La cuestión de la igualdad es fundamental para mí, y ya venía con esta realidad naturalizada. Quiero decir que afortunadamente en el proceso vital ha ido avanzando hacia la perspectiva de género, creo que es importantísimo que podamos avanzar todos en esta perspectiva, y en un centro de arte como es el nuestro estamos intentando trabajar desde la discriminación positiva, y hemos tenido propuestas como El iris de Lucy que daba homenaje a las creadoras africanas contemporáneas, con la que se saldaba una deuda hacia el continente africano y la creación contemporánea que no se había hecho en los últimos años. Junto a esto, un proyecto a Zoulikha Bouabdellah en el CAAM, otro con la egipcia Amira Parree en San Antonio Abad, y en esa misma línea de reivindicación, de sensibilización, sobre todo de justicia histórica contemporánea, lo que hemos hecho es visibilizar también el trabajo de las artistas contemporáneas que residen en Canarias para demostrar una realidad que para mí es incontestable, que es la enorme cantidad de artistas con una tremenda calidad, y eso no se traduce en el mercado del arte. Nosotros desde la convicción de que todavía la sociedad no es igualitaria, que el arte no lo es, seguiremos incidiendo de esta manera. Cuando lleguemos a que sea natural la presencia de hombres y mujeres en igualdad, no hará falta hacer este tipo de proyectos. Hay cuestiones que parece mentira que tengamos que abordar pero son imprescindibles. Y en lo que respecta al CAAM esos ejes han sido fundamentales, una igualdad ligada al conjunto del programa, y que uno puede hacerlo de una forma muy natural. Y lo recuerdo constantemente en todo lo que hacemos. Con respecto a los espacios, el CAAM tiene el espacio que conocemos, históricamente se ha hecho un esfuerzo por ampliar el edificio de Los Balcones 11 hacia el número 13, que fue la ampliación de salas, donde se ubicó en su momento la tienda. Y la verdad es que me gustaría que el CAAM tuviera una cafetería en algún momento, que fuera un punto de encuentro. Hemos abierto una zona de descanso en la segunda planta, pero nos falta ese equipamiento para lograr que seamos un centro de arte normal, con lugares de esparcimiento, y que al visitar una exposición, asistir a una performance o un concierto, antes o después puedas pasar por allí. Hay muchas cosas y objetivos que podemos mejorar con respecto al programa y estamos probando nuevas actividades.

Una de sus apuestas era traer a la actualidad a creadores de cabecera en la historia del arte en Canarias, que por razones de distinta naturaleza, el CAAM no les había dado el protagonismo que merecían.

El CAAM nace con el compromiso de reivindicar el trabajo y revisar desde una perspectiva profesional e histórica, el trabajo y trayectoria de los que han sido artistas fundamantales del siglo XX, y ahora XXI, en Canarias. Esa dinámica funcionó durante años pero llega un momento que respondiendo a objetivos de otras direcciones diferentes no se siguió abordando. Desde el momento de mi incorporación creo que es fundamental lo que he comentado muchas veces, ir completando esas páginas que nos quedan todavía por escribir de lo que sería el relato del siglo XX en Canarias. Por eso hemos hecho proyectos como la retrospectiva de Lola Massieu, estamos ahora mismo con la de Pepe Dámaso, vamos a abordar una gran exposición de Concha Jerez, que tuvimos que desplazar de la fecha en que estaba prevista y la inauguramos el 5 de octubre, y el próximo año, entre otras, haremos una retrospectiva de Paco Sánchez. Todo eso buscando un equilibrio entre lo nacional, lo internacional, entre Europa, África, Latinoamérica, etc. De hecho, el proyecto de Paco Sánchez va a ir acompañado de una exposición de una artista paraguaya de generación intermedia que considero muy interesante. En nuestro objetivo está que de cara a 2019 que sería el 30º aniversario del centro, tener una exposición fundamental con una gran retrospectiva de César Manrique, una de las grandes ausencias de este centro, y estamos trabajando en ello con la Fundación César Manrique en ese sentido. Coincide además con el centenario del nacimiento de César, que para mí es un artista total, un humanista ecológico, personaje muy especial con una huella indeleble que nos ha dejado un legado importantísimo en cuanto al arte y a la conservación del entorno.

El CAAM ha apostado por incorporar a artistas en residencia, una dinámica habitual en otros centros de arte.

Nos ayuda a construir una realidad más dinámica del propio centro. Los artistas tienen que ser los protagonistas. Nosotros existimos y existe el mercado del arte porque hay unos creadores, y muchas veces el propio sistema del arte no los considera de la manera que se debiera. El hecho de tener artistas aquí es fundamental porque permite que desarrollen proyectos y establece una relación dinámica con los creadores. Iremos avanzado en este formato. Hemos empezado por Canarias con Luna Bengoechea, tenemos una artista japonesa que viene patrocinada por JTI, porque nos interesa tener a artistas internacionales en residencia porque favorece el diálogo con los creadores locales. Es un formato de residencia con una jornada abierta a la semana donde la artista en este caso presenta sus propuestas y el público puede ver cómo va avanzando y evolucionado el proyecto, y acercar todo esto a la comunidad. Y estamos incidiendo en dar visibilidad a la obra de nuevos creadores, como por ejemplo en Los Balcones 9, donde se ha puesto en marcha Espacio CV, Creatividad y Visibilidad, un vivero que sirve para estimular la creación y que se conozca a estos artistas. Y una manera de que el centro, especialistas, el centro y el propio público, profundice en ellos. Esta claro que cualquier centro de arte puede desarrollar proyectos en los que tengan cabida todas las generaciones, y no es incompatible una cosa con la otra.

¿Esta dinámica ha posibilitado una mayor afluencia de público? ¿Ha sido determinante que se no se cobre entrada desde abril del pasado año?

Ha sido fundamental. Tenemos un 20 por ciento más de afluencia y vamos creciendo. La gratuidad fue algo que solicité nada más llegar. Ha supuesto un ligero quebranto económico, pero es un porcentaje mínimo respecto a lo ganamos en público. Un centro de arte contemporáneo debe de ser gratuito. Otra cosa será cuando las circunstancias económicas cambien, que obligará a plantear las cosas de otra manera. Pero en un centro como éste debemos abrirnos a la comunidad, y romper la dinámica que ha habido en muchos centros de este país, que es que se va repitiendo mucho público durante años, y parece que es un solo sector el que accede a esto, cuando la dinámica es todo lo contrario, abrirlo a todos. El CAAM se está llenando de gente joven que no solamente vienen a los conciertos, sino que descubren las exposiciones, se suscita un interés hacia todo lo que hace el centro. Hay que tener en cuenta que hoy en día las fronteras creativas están más dibujadas, ya no hablamos de pintor, escultor o grabador, sino de artistas contemporáneos. El creador se asocia a la libertad de medios y lenguaje, y se ha desdibujado las fronteras ¿dónde está el teatro experimental y el performance? ¿dónde está la poesía experimental y el spoken word? ¿dónde la música experimental y el arte sonoro? Cada día, el sentido, la finalidad, de un centro como el CAAM es acoger las disciplinas con las que nos estamos contaminando, y que están construyendo el arte contemporáneo en general. La danza, la música, todo se mezcla.

En números, ¿cuánto público ha fidelizado el CAAM en el último año, y si se aprecia un crecimiento?

En 2015, los tres espacios que gestiona el CAAM tuvieron 44.176, en 2016, con medio año de programa de la nueva dirección, subió a 51.569, y en los primeros cinco meses de este año tenemos 40.171, Falta el impacto de Pepe Dámaso y todo lo que queda de año. La progresión es buena y sobre todo por esos nuevos públicos. La idea es continuar en esta línea, que no solo el público nos visite sino que también participe. No paro de recibir a personas y colectivos a diario, y lógicamente no todo tiene cabida en el CAAM, pero puedes ayudar, orientar.

¿Qué le falta al centro?

Tiempo, nos falta personal el algunas áreas, como comunicación, en conservación, el centro de documentación tiene que ponerse al día. El presupuesto se mantiene en la línea de años anteriores , 3,7 millones aproximadamente, y de esa partida para exposiciones hay unos 900.000 euros. Durante los años de crisis se fue recortando de este apartado, y es lo que quiero ir recuperando.

¿Si no hay dinero, difícil que el CAAM compre nueva obra?

Casi nunca ha habido partidas ni política de adquisiciones. Suele ocurrir que si venían propuestas al Cabildo de obras que pudieran ser interesantes o importantes para adquirir, el CAAM informaba positivamente y el Cabildo compraba, O directores que ven una oportunidad para ir completando la colección, no sólo con artistas que no están bien representados, sino las ausencias. En la colección, el relato del siglo XX es claro, se difumina más cuando te acercas al día en que vives. Lo que habría que hace es ver lo que tiene el CAAM a día de hoy y cómo se puede implementar. Hay artistas que están muy bien representados como es el caso de Jorge Oramas, Plácido Fleitas, Juan Ismael, etc.,,, que han venido de adquisiciones que hizo en su día el Cabildo, pero hay otros que no están representados, y otros que deberían, y no están. Una de las grandes carencias son obras de mujeres artistas, entre ellas Concha Jerez, por ejemplo. De otros como Juan Hidalgo deberíamos implementar sus obras. En su momento se hizo muy bien con María Belén Morales ya que se compró un conjunto de obras muy representativa de todas sus etapas, pero hay artistas de mediana generación muy buenas. Tenemos ahora en San Martín tenemos la exposición +F con 46 artistas de gran nivel, y hay muchas más.

En el horizonte está el proyecto de Museo de Bellas Artes, que permitirá hacer visible la colección del CAAM y otros fondos del Cabildo.

Uno de nuestros compromisos, al no tener el CAAM una sala permanente, era ir mostrando la colección para visibilizar el patrimonio. Puntualmente se hacían en el CAAM e impedía que se hicieran otro tipo de exposiciones. Mientras al CAAM se le encomendó San Martín se hacían proyectos temáticos sobre la colección, y eso ahora mismo se supone que con el proyecto de Museo de Bellas Artes se hará no sólo con la colección del CAAM sino con los fondos del Cabildo.

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