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Ciencia

La ciencia se alía para salvar al angelote

Investigadores de la ULPGC, Alemania y Londres lideran el proyecto 'Angel Shark' para la conservación en Canarias de este tiburón en peligro crítico de extinción

El investigador del Instituto Universitario Ecoaqua, David Jiménez. J. PÉREZ CURBELO

La alianza formada hace tres años entre investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Londres y Alemania ha sido clave para avanzar en el objetivo de conservación de una de las especies marinas con mayor riesgo de extinción en el mundo, el angelote ( Squatina squatina). Este tiburón plano, que habita en los fondos marinos, ha desaparecido prácticamente de su entorno natural a lo largo del Atlántico Oriental y el Mediterráneo, y todos los esfuerzos se dirigen ahora a salvar las escasas poblaciones que se concentran en la actualidad en las aguas canarias.

Así nace en 2014 la iniciativa científica Angel Shark Project, liderada por investigadores del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-Ecoaqua) de la ULPGC, el Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig en Alemania y la Sociedad Zoológica de Londres, para salvaguardar el futuro de estos tiburones en peligro crítico. Una iniciativa con muchas aristas que involucra no sólo a los investigadores, sino a las comunidades locales (pesca recreativa, buceo...) y al gobierno, para crear conciencia y realizar acciones de conservación.

"Dentro del proyecto trabajamos en diferentes líneas enfocadas a resolver las lagunas que hay en cuanto a conocimiento en ecología y biología de estos animales. Trabajamos la genética, con zonas de cría, y hemos iniciado una nueva línea de estudio con marcas acústicas para hacer un seguimiento del uso de hábitat", indicó David Jiménez, doctor en Ciencias del Mar y líder del Angel Shark Projet, por parte del IU-Ecoaqua.

El angelote es un tiburón plano que se encuentra normalmente en sedimentos bentónicos blandos hasta una profundidad de, al menos, 150 metros. Utiliza sus amplias aletas pectorales para enterrarse en la arena y emboscar por sorpresa a peces desprevenidos que nadan a corta distancia. Puede alcanzar hasta 2,4metros de longitud y se alimenta de manera oportunista de diferentes peces, crustáceos y moluscos. Entre sus singularidades cabe destacar que pasa la mayor parte de su vida ligado al fondo y por lo general es mucho más activo durante la noche que durante el día, algo inusual en el resto de especies.

Áreas de cría

La investigación tiene diferentes zonas de cría repartidas por el Archipiélago, y la principal se encuentra en la playa de Las Teresitas, en Tenerife, donde habita el mayor número de ejemplares. En estas áreas se llevan a cabo el marcaje de los mismo, se recogen muestras de cada uno de los animales que se capturan, se pesan, miden... y se lleva a cabo un seguimiento de los mismos mientras están dentro de la zona de cría, para ver cuanto tiempo están, cómo y cuanto crecen, cuanto tardan en llegar a la talla antes de irse de la playa... "Con las muestras de tejido comparamos si son de la misma madre, si la madre vuelve con los años y tiene más crías... y con los datos vamos conociendo más de la ecología y la biología del animal, de las que hasta ahora no sabíamos nada", apuntó Jiménez.

Otra de las partes del citado proyecto es la que desarrollan con los buceadores y pescadores recreativos. La colaboración de los buceadores recreativos de Canarias ha permitido estudiar y comprender mejor la distribución de los angelotes y su ecología, porque dicha red proporciona grandes volúmenes de datos, en un área geográfica amplia, en poco tiempo. "Gracias a los buceadores que nos proporcionan datos de avistamientos, somos capaces de elaborar nuestras estrategias a la hora de salir de campaña, vamos a una zona u otra dependiendo de la época donde se ven más", apuntó el doctor Jiménez.

Con la ayuda de los charter de pesca recreativa han elaborado una guía de buenas prácticas, de forma que en el caso de que se produzca una captura accidental del animal, éste sea devuelto al mar en las mejores condiciones posibles, y en el caso de que sufra daños, que sigan las pautas necesarias para que el tiburón se recupere antes de que retorne al agua para mejorar sus posibilidades de supervivencia.

Los trabajos que se han incorporado recientemente tienen que ver con el estudio del uso del hábitat que hace el animal a través de la acústica. "Nosotros marcamos a las crías con una señal visual externa y un chip muy pequeño interno, y a los adultos con una marca externa y al pasar alrededor de unos receptores nos va dando señales que nos indica cuando llega un ejemplar, cuando se va, el tiempo que está, si regresa después de un tiempo... todo lo relacionado con los desplazamientos y temporalidad".

Todas las líneas están abiertas y de momento no existen conclusiones definitivas, pero ya hay datos previos que apuntan a que el animal tiene un sistema de crecimiento muy lento. "Cuando tengamos los resultados de la genética podremos decir también el número de crías que puede tener la misma hembra; y gracias a las marcas estamos viendo sus pautas de desplazamientos. Tenemos diferentes reavistamientos que nos indican que individuos adultos desaparecen y al año siguiente vuelven en la misma época a la misma zona, con lo cual nos está indicando que hay un retorno y generalmente vuelven al mismo sitio de año en año".

El investigador de la ULPGC añadió que, de momento, sigue sin haber un censo de esta especie. "Precisamente cuando empezamos en 2014 el primer problema que nos encontramos fue este déficit de datos, no sabíamos cuantos individuos había, y a día de hoy seguimos estimándolo. Aún falta varios años de estudio para calcular el censo".

La sobrepesca ha sido la principal amenaza de los angelotes y lo que les ha llevado a ser el segundo grupo de tiburones y rayas más amenazado del mundo. "Al principio este animal se extendía desde Escandinavia hasta la costa africana, incluyendo el Mediterráneo y Canarias, pero el tipo de pesca que se ha ido llevando a cabo en décadas pasadas, sobre todo de arrastre, ha ido destrozando las zonas donde habita este animal, que vive ligado al fondo, además de excederse en sus capturas, y por tanto ha ido desapareciendo y donde único existe una población estable ahora es en Canarias".

Dado su alto riesgo de extinción no se entiende que en la actualidad no exista una legislación clara que ampare a esta especie. Según indicó el investigador de Ecoaqua, el principal problema radica en que el angelote está en el catálogo nacional de especies protegidas, pero sólo en el Mediterráneo. Está incluido en el catálogo de Canarias, pero no queda claro para que tipo de pesca está prohibido o cuáles son las áreas de protección. "Es necesario unificar los criterios legales de protección en aguas interiores y exteriores, y que el animal, que está en peligro crítico en el resto de Europa, también esté protegido donde único queda que es en Canarias, donde debería tener el nivel máximo de protección y desafortunadamente no es así. Estamos también trabajando en este objetivo, con el Ministerio y el Gobierno de Canarias, y existen buenas expectativas, pero hasta que no se consiga seguiremos remando en esa dirección", concluyó el investigador del IU-Ecoaqua.

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