Los alumnos canarios de enseñanza secundaria obtienen la tercera peor nota de España en la resolución de problemas en grupo, según el primer informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) sobre el trabajo en equipo, que cifra la media estatal en 496 puntos. Elaborado con datos recabados entre estudiantes de 15 años durante 2015, el documento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) solo sitúa a extremeños (474 puntos) y andaluces (483) por debajo de los alumnos de Canarias y País Vasco (ambos con 483) en una clasificación autonómica liderada por la Comunidad de Madrid (519), Castilla y León (517), Navarra y Cataluña (505).

Además, la media española se coloca cuatro puntos por debajo del conjunto de la OCDE, que incluye en su evaluación a 32 países miembros y otras 19 naciones y economías asociadas. En el listado total referente a la resolución de problemas en grupo, Singapur (561), Japón (552), Hong Kong (541) y Corea (538) son los que obtienen mejores resultados, frente a Túnez (382), Brasil (412), Montenegro (416) y Perú (418).

Diseñado para valorar la capacidad de los estudiantes a la hora de trabajar en grupo, saber resolver los conflictos que surjan y velar por que cada miembro responda a la labor acordada, el último informe concede a España una puntuación ligeramente inferior con respecto a otros exámenes PISA, como las evaluaciones individuales en ciencias, matemáticas y lectura. Canarias se mantiene entre los últimos lugares, es decir, peores notas tanto en las tres asignaturas como en el trabajo grupal.

Al igual que en el resto de países, donde las estudiantes fueron mejores que sus compañeros, con 515 y 486 puntos, respectivamente, en España esa diferencia de género también se constata, con 508 y 485. La OCDE refleja que, aunque los chicos son más eficientes al completar una tarea y encontrar la información necesaria cuanto antes, las chicas muestran un comportamiento más cooperativo y mayor entusiasmo.

Entre los actores que influyen, adquiere un peso importante la implicación de los padres en la escuela y en casa y la relación del estudiante con sus profesores y el resto de alumnos. El sistema español, según explica Alfonso Echazarra como analista de PISA, se beneficia de que el alumno atraviesa menos cambios de centro a lo largo de su educación, por lo que los vínculos mencionados son mayores.

A cambio, le falta conseguir que ese entorno personal positivo se vea reflejado en una mejor capacidad de los estudiantes para trabajar en grupo. La educación española, según Echazarra, fomenta más la memorización, una interacción "bidireccional" entre profesor y alumno y una distribución de las clases en las que cada uno está en su propia mesa.

"Hay que perderle el miedo a trabajar en equipo", recalca el experto. El informe PISA no ofrece un capítulo detallado por países, pero su comparación general destaca que los padres españoles se sitúan a la cabeza de los que acuden por iniciativa propia a discutir con los maestros sobre la evolución de sus hijos, con un porcentaje del 57 %, 10 puntos más que en la OCDE.

España sigue, además, la tendencia general de que los hijos de inmigrantes obtengan peor nota que sus compañeros nativos. Si los españoles sacan 502 puntos, tres más que la media de la OCDE, los inmigrantes bajan a 473, cuatro más.

Entre los factores evaluados se incluye la actividad física y la organización internacional apunta que, aunque quienes hacen deporte dos o más días a la semana superan en unos 20 puntos a los que no, cuando pasan de cuatro días su resultado empeora. Pero, ante todo, la OCDE se ha prestado a este ejercicio colectivo ante la evidencia de que, en un mundo que cambia cada vez más rápido, hay que saber dotar a los alumnos de herramientas para trabajar en grupo. "Aunque el concepto de examen colectivo choca con la cultura tradicional y supone cierta injusticia, ese es el día a día", concluye Alfonso Echazarra, que anima a fomentar ese tipo de actividades grupales, tanto dentro como fuera de clase.