Evitar el exceso de deberes escolares repetitivos y poco motivadores, y garantizar, con una adecuada coordinación, que las tareas en casa sean eficaces y tengan un impacto real sobre el aprendizaje, sin que éstas mermen el tiempo de ocio y descanso del alumnado y la conciliación de la vida familiar. Estas son algunas de las propuestas que recoge el documento Consideraciones sobre las tareas para casa, consensuado y aprobado por todos los sectores del sistema educativo en el pleno del Consejo Escolar de Canarias el pasado 7 de abril, con 31 votos a favor y 2 en contra por parte del sindicato Anpe.

El informe, fruto de más de un año de trabajo con todos los representantes de la comunidad educativa (profesores, padres y madres de alumnos y miembros de la administración), fue presentado ayer por el presidente del CEC Ramón Aciego, el vicepresidente Eusebio Dorta, y otros miembros del pleno.

Partiendo del principio de que la educación es una responsabilidad compartida entre la escuela, la familia y la sociedad, han elaborado un listado de recomendaciones dirigidas a optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje del alumnado. El documento será distribuido a todos los centros educativos del Archipiélago para su debate interno.

"Para que este taburete sea seguro, es necesario que tenga cuatro patas, que son profesores, centros, familias y administración educativa. El alumno es el sujeto y protagonista de este proceso de aprendizaje", afirmó ayer Aciego, en referencia a la necesidad del consenso y de la coordinación entre todas las partes, objetivo principal de la comisión que ha trabajado desde hace más de un año en este documento.

La propuesta pone el acento en la autonomía de los centros, la coordinación dentro de los mismos y la colaboración con las familias, así como en que se eviten las tareas repetitivas o poco motivadoras y que se respete la conciliación de la vida familiar, el ocio y tiempo libre del alumnado. "Se parte de la idea principal del respeto al ocio y tiempo libre del alumnado, destacando su importancia dentro del marco de conciliación de la vida familiar, para cualquier etapa educativa obligatoria, en especial, para la Educación Primaria", recoge el documento, y también hace énfasis en que "la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje se deben garantizar con el trabajo desarrollado en los centros educativos. No debe depender de lo que pueda ocurrir fuera de ese espacio y tiempo".

También hace hincapié en acabar con las desigualdades sociales, "porque la escuela tiene que tener carácter de equidad e igualdad, y no servir para aumentar la discriminación social", indicó Ramón Aciego. En este sentido destacan la necesidad de que los centros educativos proporcionen "todo tipo de refuerzo al alumnado con necesidades educativas dentro del propio centro y de forma gratuita, garantizándose desde la administración educativa los recursos necesarios para ello".

El documento también reflexiona sobre la importancia de, desde el respeto a la autonomía del profesorado, garantizar la coordinación de las acciones educativas y de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el desarrollo de las tareas para casa. Entre las razones que esgrimen resaltan que, cerca de un 40% de las familias no están cualificadas para ayudar a los hijos en dichas tareas, "por tanto estarían siendo discriminadas"; y que otra parte importante no tiene tiempo para hacerlo; o incluso puede interferir en el aprendizaje enseñando a sus hijos a hacer las cosas de forma diferente a como las enseña el profesorado. No obstante, el documento también deja patente la importancia de que las familias se comprometan con el trabajo de la escuela.

Concluyen con el deseo de favorecer una mayor inclusión y equidad educativa y social.