Una mujer de unos 40 años de origen ucraniano fue estrangulada y golpeada hasta la muerte presuntamente por su marido de raíces alemanas, con el que había roto su relación hace unos meses y que tenía una orden de alejamiento, en un suceso acaecido dentro de su vivienda de la calle Pino Vega, en San Fernando de Maspalomas, en Gran Canaria, en la tarde del jueves. La fallecida, Anastasia F., fue hallada en la bañera con signos de una muerte violenta.

La Policía Nacional ha detenido a dos hombres tras la muerte violenta, uno de ellos su exmarido y otro su actual pareja, en un suceso que no se descarta que sea un caso de violencia machista, según se ha confirmado el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento.

"La Policía tiene a dos personas detenidas y está investigando cuáles han sido las causas y si son los autores materiales de dicha muerte", ha explicado el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, que ha dicho poder confirmar que la víctima es una mujer de nacionalidad extranjera pero no "si es un episodio de violencia de género o no".

El asesinato pudo tener lugar entre las dos y las tres de la tarde, aunque el cadáver no fue encontrado hasta la medianoche del jueves al viernes. Al parecer fue su actual pareja italiana quien se la encontró sin vida en la bañera, aunque otra fuente habla de que pudiera haberlo hecho una amiga. La Policía Nacional solo confirmó ayer que se trata de un asesinato, mientras miembros de la Policía Científica seguían recogiendo pruebas dentro del apartamento, así como en las zonas comunes de este conjunto residencial.

El cuerpo presentaba signos de haber sido estrangulada y también de haber recibido distintos golpes. Ahora la autopsia deberá aclarar más detalles del suceso y, sobre todo, qué causó finalmente la muerte de la mujer. De momento se desconoce si fue asesinada en el baño, o fue trasladada por su autor hasta el lugar, para intentar simular un accidente.

El matrimonio tenía una niña de unos siete años de edad. Vecinos de la víctima aseguraban ayer que hasta navidades seguían viviendo juntos, aunque hace algunos meses habían roto la relación. En este sentido, se apunta que Anastasia F. podía haber reiniciado una nueva relación sentimental con una persona de ascendencia italiana, que sería quien pudo encontrarla en la bañera.

Ruido de muebles

Según algunas fuentes, el individuo de origen alemán tenía una orden de alejamiento de su esposa. Precisamente, la puerta de la vivienda de la mujer de unos 40 años fue violentada hace unos meses, aunque se desconoce si ambas situaciones están relacionadas.

En un relato de cómo pudo suceder el suceso, vecinos de la fallecida apuntan que entre las dos y media y las tres de la tarde del jueves escucharon estruendos, como si alguien se hubiese caído por una escalera, seguido de unos fuertes quejidos de una mujer. A pesar de todo, pensaron que se trataba de un percance sin más importancia. En cualquier caso, también se ha declarado que durante casi una hora se oyó el movimiento de muebles dentro de la vivienda, como si estuvieran limpiando. Pero sin más sobresaltos.

Hasta que poco después de las doce de la madrugada los vecinos del portal con 12 viviendas recibieron la imprevista visita de la Policía Nacional, que les informó de lo sucedido y les hizo declarar, dentro de un gran despliegue en el barrio.

Hasta ese momento, nadie en el inmueble podía imaginar lo que había sucedido en la vivienda situada en la primer planta del edificio Gran Canaria, en el que residen familias de distintas nacionalidades, muchos de ellas en régimen de alquiler. Esto hace que las relaciones entre los vecinos sean escasas.

La mujer ucraniana llevaba cerca de un año alojada en la vivienda, situada en un conjunto de cinco portales, y que linda con un parque. Tenía una hija de unos siete años. Y parece que era poco comunicativa, aunque hablaba un perfecto español, con acento canario incluso, lo que constata que llevaba mucho tiempo viviendo en Canarias, aunque este periódico no ha podido determinar el periodo tiempo que llevaba de estancia y si ha trabajado en este tiempo.

La autopsia deberá determinar ahora el proceso del asesinato, y si falleció estrangulada o por los golpes recibidos.

De momento, la puerta con el número 513 del bloque quinto permanecía ayer precintada por la Policía Científica, con una cinta que prohibe expresamente el acceso al interior del apartamento situado en la primera de las plantas. Además, quedaban restos de la toma de muestras de posibles huellas en la puerta y en el marco, en el suelo y hasta en el acceso del portal. El interior también fue supervisado por los especialistas policiales en estas dos jornadas, en las que estuvieron recabando información que puedan incriminar al autor del asesinato. Por ahora, todas las miradas de los investigadores se centran en su marido, de origen alemán.

Como curiosidad, en el mismo piso situado en el barrio de San Fernando de Maspalomas ya se registró hace aproximadamente ocho años el suicidio del entonces propietario, un canario que trabajaba en el Aeropuerto y que, según un vecino, se encontraba con una profunda depresión como consecuencia de la separación de su pareja.