Tercera mujer apuñalada en la Isla en menos de 72 horas. Ayer la tragedia se volvía a cernir en la capital tinerfeña. Un hombre de 82 años, de nombre Paco y antiguo boxeador según el vecindario, presuntamente apuñaló en el pecho a su hija a la que dejó malherida y que tuvo que ser evacuada a un centro hospitalario.

Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 19:30 horas cuando el supuesto agresor abandonó un bar muy próximo al domicilio de su hija, sito en el número 116 de la calle Fernando Primo de Rivera, en el barrio de Salamanca. Esta persona, un hombre enjuto, más bien pequeño de estatura, con pelo blanco y gafas, portaba en sus manos una tubería con la que al parecer golpeó la puerta de la vivienda y que fracturó, al menos parcialmente. Una vez dentro surgió una discusión con su hija de 50 años, a la que acuchilló en el pecho. En cuanto al móvil de la reyerta se desconoce, aunque algunos vecinos relataron a la opinión de tenerife que el agresor podría presentar sus facultades mentales perturbadas.

Previamente a la puñalada se desarrolló una discusión ya que la vecina del primer piso envió a su marido a ver si la víctima necesitaba ayuda. Al parecer, esta persona no solicitó auxilio. Poco después tenía lugar la agresión, por lo que una llamada alertaba al Cecoes de la agresión. Se dio la circunstancia de que el octogenario se refugió en el interior de su domicilio sito en el mismo inmueble aunque en viviendas distintas, donde se atrincheró.

Poco después llegaba al lugar una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) que estabilizó a la víctima, que fue evacuada al Hospital Nuestra Señora de La Candelaria, en grave estado. La Policía Local de Santa Cruz de Tenerife que llegó en primer lugar trató de que el hombre depusiese su actitud, pero todos los intentos fueron baldíos. Ante ello y al no contestar a las llamadas, temiéndose lo peor, se requirió la presencia de la Unidad de Intervención Policial (Unipol) del mismo cuerpo quienes se prepararon con un ariete, cascos y escudos para entrar en el domicilio. Sin embargo, por cuestiones de competencia, la Policía Nacional de hizo cargo del caso y activó a un subgrupo de la UIP, así como de la Policía Científica, encargado de llevar a cabo la inspección ocular. Tras casi hora y media de tiras y aflojas, el agresor deponía su actitud y se entregaba a la Policía. Presentaba heridas leves. Los hechos fueron puestos en conocimiento del titular del Juzgado de Instrucción de Guardia capitalino, así como del forense, ya que fuentes vecinales hablaban de que el octogenario podría tener sus facultades mentales alteradas.

En cuanto a las otras dos apuñaladas, una de ellas en la calle de El Pilar, por su hermano, se recupera de sus lesiones al igual que la otra víctima, agredida en Las Galletas.