Un empleado del restaurante Wok del Centro Comercial La Mareta, en el municipio grancanario de Telde, sufrió una agresión durante la tarde del sábado que le provocó varias heridas en la cabeza, en principio, de carácter muy grave. La víctimas fue trasladada al Hospital Insular de Gran Canaria. Tres de las cuatro personas implicadas en los hechos fueron arrestadas el mismo día, por la noche, por agentes de la Policía Nacional

La agresión ocurrió en torno a las seis de la tarde de anteayer en las inmediaciones del restaurante. Cuatro jóvenes, que habían estado en el establecimiento, se enfrentaron al trabajador, de unos 20 años de edad y, al parecer, uno o varios provocaron entre otros un traumatismo craneoencefálico de carácter muy grave.

Los primeros en asistir al herido en el lugar fueron, entre otros, varios miembros de seguridad privada que trabajan en el centro comercial y personal del restaurante. Asimismo, después de varias llamadas de alerta al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112, también acudieron una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) y agentes de la Policía Nacional.

Fuentes cercanas consultadas por este periódico indicaron ayer que miembros de la Brigada de la Policía Judicial de la Comisaría de Telde lograron la noche del sábado arrestar a tres de los cuatro sospechosos por esta agresión, al tiempo que continuaban ayer con la investigación para detener a la cuarta persona.

El Juzgado de Instrucción número dos de Telde, que estaba de guardia, es el que se ha hecho cargo del caso.

Las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del restaurante facilitaron la identificación y posterior localización y detención de los sospechosos, los cuales acabaron implicados, al parecer, en otra agresión después de la paliza al empleado del Wok.

Respecto al motivo de la agresión, sin confirmación oficial, una de las hipótesis es que se habían marchado del restaurante sin pagar lo que habían consumido.

Este ataque al trabajador fue motivo de gran sorpresa e indignación, no sólo para los propietarios chinos, sino también para los testigos. El establecimiento lleva al menos ocho años abierto y, por lo general, tiene mucha clientela. Además, está en un edificio en un extremo de esta zona comercial muy concurrida y próximo a un restaurante de comida rápida, una gasolinera y una tienda de una cadena escandinava de muebles.