La lluvia no frena las ganas de playa en Las Palmas de Gran Canaria

El tiempo no acompaña a los que aprovecharon el Día del Trabajador para darse un baño en Las Canteras, pero unos pocos valientes se resguardaron bajo sus sombrillas

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Los nubarrones negros y las lloviznas intermitentes con las que amaneció este miércoles Las Palmas de Gran Canaria truncaron los planes de muchos vecinos de la ciudad que esperaban disfrutar del festivo del Día del Trabajador en la playa de Las Canteras. Sin embargo, algunos bañistas decidieron ignorar el mal tiempo, plantar sus sombrillas en la arena y disfrutar como si nada de un día de descanso con sus familiares y amigos.

El primero de mayo es uno de esos festivos que cada año concentran a miles de personas en las playas de Las Palmas de Gran Canaria, algunas de las cuales aprovechan para darse un baño al terminar la manifestación del Día Internacional de los Trabajadores, mientras que otras optan por disfrutar de su día libre con un merecido descanso en la arena. Sin embargo, unas pocas nubes y unas lloviznas intermitentes desde primera hora de la mañana de este miércoles truncaron los planes de muchos vecinos de la ciudad que fueron con la intención de pasar el día en la playa de Las Canteras. La mayoría optó por recoger sus cosas a la vista del mal tiempo, pero unos pocos valientes decidieron resguardarse bajo sus sombrillas y seguir adelante como si nada.

El termómetro marcaba 21 grados a la una de la tarde y el cielo lucía unas nubes negras que no invitaban al baño, aunque con el paso de las horas empezó a clarear. Un grupo de bañistas iba preparado con sillas de playa, toallas y comida para no tener que moverse de su lugar. No dudaban en señalar al cielo cada vez que asomaba un rayo de luz para exclamar: "Mira, ya está empezando a salir el sol". 

Mónica Sánchez aprovechó el festivo para disfrutar de la playa, mientras un empleado coloca las hamacas.

Mónica Sánchez aprovechó el festivo para disfrutar de la playa, mientras un empleado coloca las hamacas. / José Pérez Curbelo

Eran hermanos, primos y tíos, que no se pueden reunir con la frecuencia que les gustaría porque se les cuesta cuadrar un momento en el que todos estén librando. El encuentro familiar les hizo pasar por alto los nubarrones que se cernían sobre ellos y aprovecharon la tranquilidad y menor afluencia de bañistas para sacar sus palas y empezar a jugar unas partidas improvisadas. "Esto es como empezar de nuevo un lunes, pero con ganas. No nos podemos quejar del día libre, ahora toca disfrutarlo a tope, que para eso nos lo merecemos", expresó una de las bañistas.

El termómetro del paseo marcaba 21 grados y el cielo lucía unas nubes negras que no invitaban al baño

Antonio y Luis Garrido, dos hermanos asentados en la capital grancanaria que acuden con frecuencia a la playa, decidieron tomarse con humor la situación. "Lo que pasa es que el clima en el sur a veces puede estar mejor y hoy nos engañó, pero bueno, es lo que tenemos", apuntó el primero, con un notable acento argentino que se les quedó impreso a ambos por los años que pasaron en el país latinoamericano. Sin embargo, les pudo más su preferencia por la "playa bonita", como se refieren a Las Canteras. "Estamos jubilados, así que para nosotros da igual que sea un primero de mayo que un 30 de abril, aunque seguimos trabajando bastante", continuó Luis Garrido.

Los empleados de la sexta caseta de hamacas de la playa no pudieron disfrutar del Día del Trabajador como el resto de bañistas. "Llevamos dos o tres días igual de flojito de afluencia. Se cubre, caen dos o tres gotas y hay muy poca gente. Se nota que la temporada turística ya ha terminado y solamente vivimos ahora de si viene algún turista nacional porque el mes de mayo es muy malo", subrayó el gerente.

"No podemos quejarnos"

Por el tipo de actividad que desempeñan están acostumbrados a trabajar los días festivos y los fines de semana y aprovechan para descansar entre semana. "Es lo que hay, no podemos quejarnos, y gracias que hay trabajo", enfatizó.

"Esto es como empezar de nuevo un lunes, pero con ganas. No nos podemos quejar del día libre"

Mónica Sánchez aprovechó que libraba para visitar a su hermana y quedarse junto a una amiga en la playa. "Hemos dicho: nos da igual que llueva o que truene. Nos vamos a quedar aquí descansando en el Día del Trabajador", enfatizó la mujer, que asegura que también se quedó con las ganas de acudir a la manifestación porque no sabía dónde se celebraba.

Por su parte, la venezolana Marian Corrales aprovechó para salir un rato con sus cuatro hijos, de trece, nueve, siete y un año y medio de edad. "Desde que dejé mi país lo más bonito que he encontrado es esto y aquí me quedé. Es bueno descansar un poquito, salir de la rutina y esperar por las vacaciones", incidió.

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