La Provincia - Diario de Las Palmas

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"Me preocupa que Canarias se convierta en un nuevo Almería"

José Ángel Alayón reconoce estar inmerso en "demasiados" proyectos. "Produciendo el nuevo documental de Víctor Moreno, La ciudad oculta; coproduciendo con Galicia la próxima película de Eloy Enciso, que tiene como título provisional Longa noite; terminando La mar de los hombres, de Manuel Muñoz Rivas , montador de Dead Slow Ahead, coproducción con Andalucía y Holanda a medio camino entre el documental y la ficción; como director, terminando de editar con Samuel Martín el documental Gente de sal, filmado en las salinas de Fuencaliente (La Palma); y preparando una coproducción con Chile que queremos filmar en 2016, Blanco en blanco, dirigida por Theo Court". Justamente ayer, el tinerfeño anunciaba en su cuenta de Facebook la selección de este proyecto de ficción dentro del IV Foro de Coproducción Europa-América Latina del próximo festival de San Sebastián, que se celebrará del 18 al 26 de septiembre.

¿Cuál es el sello que le gustaría que el público reconociera de El Viaje Films?

Me gustaría que la gente nos vea como una productora comprometida con el propio cine, inconformista en la temática y en la forma, que se reconozcan nuestras películas por ser consecuentes con nuestro tiempo. Soy consciente de la dificultad de crear un sello, pero también sé que esa línea es lo que nos puede diferenciar en el futuro.

¿Es esta participación en el festival de Locarno la cumbre más alta a la que ha llegado la productora hasta el momento?

Que un festival de la talla de Locarno nos reconozca hace que nos sintamos muy orgullosos y, desde el punto de vista de la promoción, es, sin duda, nuestro mayor mérito hasta hoy. Pero terminar las películas y sentirnos orgullosos tanto del proceso como del resultado final es nuestra principal meta.

El cine que produce no llega a un público mayoritario. ¿Sueña con hacer películas que llenen las salas?

Nuestra intención es llegar a la mayor cantidad de espectadores posible. Claro que sueño con llegar al público llenando salas. Planteamos las películas pensando en él. El problema es que en los formatos no nos adaptamos a agentes de ventas, distribuidores y televisiones. Es nuestro principal escollo. Pero intentamos plantear propuestas innovadoras y seductoras. También es cierto que conozco muchísimos proyectos que no intentan innovar, que utilizan fórmulas clásicas y tampoco llegan a las salas. El problema es que los pocos que controlan los canales de difusión no quieren arriesgar y, en la mayoría de la ocasiones, menosprecian la inteligencia de los espectadores. Si hacer cine se va a convertir en utilizar moldes que se repitan una y otra vez , perdiendo la intuición y la búsqueda, prefiero dedicarme a otra cosa.

¿Considera que el cine debe tomar partido de las cosas que ocurren en el mundo para posicionarse sobre ellas?

Creo que los cineastas tenemos una responsabilidad moral ante lo que acontece. La política está en todo, tiene que estar en todo, tanto en el contenido como en la forma. No entiendo a la gente que afirma con orgullo que no es política.

¿Qué es lo que más cuesta cada vez que tiene que levantar un proyecto?

He aprendido a golpes que hacer películas es una carrera de fondo. Hay que ser paciente y entender que cada proyecto tiene su propio tiempo. En los últimos años, el abandono que hemos sufrido los cineastas canarios por parte de las instituciones locales ha provocado que esta carrera de fondo se convierta en una maratón salvaje.

¿Y con lo que más disfruta?

El proceso, cada película es un mundo complejísimo y vivo del que aprendemos y con el que crecemos. Si cuando haces una película no notas que ésta te cambia es que estás haciendo algo mal.

En el caso concreto de Dead Slow Ahead

Era un proyecto especialmente difícil de explicar. Nosotros sabíamos que si metíamos a Mauro Herce durante un tiempo en un barco iba a venir con imágenes increíbles, pero el problema que teníamos era convencer a fondos públicos, bancos y televisiones de un proyecto tan personal.

¿Cuál es el mayor valor que a su juicio tiene la película?

Es un viaje increíble a las entrañas de una máquina imparable y una metáfora gigante sobre el mundo en el que vivimos. Yo la comparo con 2001, una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968). Solo hay que quitar la nave espacial y poner un buque.

¿Cómo ve el tiempo que se ha abierto en Canarias por la multiplicación de rodajes?

Me preocupa que instituciones y opinión pública piensen que los rodajes nacionales e internacionales que vienen también es cine canario. No estoy en contra, ni mucho menos, pero no me gustaría que Canarias se convierta en un nuevo Almería, que tenga unos años de esplendor y fotos con grandes estrellas y que después quede todo en un gran desierto, un espejismo. Debemos apostar por generar una cultura audiovisual propia y educar a las nuevas generaciones en la imagen. Creo que en los últimos años ha surgido un talento fantástico de cineastas canarios. Los que intentamos hacer cine en las Islas nos hemos visto en este tiempo en desigualdad de condiciones si nos comparamos con otras comunidades. El sistema de financiación de películas funciona en la actualidad de forma muy sencilla en toda Europa. Primero se consigue el apoyo de tu comunidad o región y el de la televisión local, después se consigue el del ministerio estatal, los coproductores internacionales, bancos, agentes de ventas? En Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía tienen muy claro el valor que tiene el audiovisual. Aquí se intentó durante unos años y de ahí salimos muchos de los cineastas que hacemos algo de ruido fuera. Después vino el abandono de las instituciones y de la televisión autonómica, en el que aún nos encontramos. La apuesta, de una vez por todas, tiene que ser de largo recorrido.

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