El soufflé, y no me refiero al plato cocinado al horno que consiste en una combinación de bechamel y claras de huevos batidas a punto de nieve, presta su nombre en esta obra a una nueva droga natural de efectos equivalentes al cannabis, pero más agudos, prolongados e imprevistos. Con unas propiedades tan formidables, es normal que su consumo se propague como el fuego entre los jóvenes aunque las autoridades hayan advertido de sus efectos negativos entre los que destaca la pérdida de miembros... Si quiere comprobar hasta qué punto el mundo de las drogas es más irracional que el éxito de Justin Bieber, tiene Soufflé la oportunidad de vislumbrar lo incomprensible. El curioso dibujo de Cristian Robles parece el resultado de una extraña combinación entre el estilo del estadounidense Charles Burns y el canadiense David Charles Cooper. ¡Casi nada!
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