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A golpes con la vida

El escritor americano Chuck Palahniuk publica la segunda parte de 'El club de la lucha', pero en formato de novela gráfica, publicada por Reservoir Books

Han pasado veinte años desde la publicación en 1996 de El club de la lucha (en España la publicó primero El Aleph en 1999 y luego Literatura Random House en 2010; reeditada en Debolsillo en 2016), novela que catapultó a la fama de la noche a la mañana a Chuck Palahniuk, un desconocido autor de Portland, Oregón, cuya primera novela sobre una supermodelo horriblemente desfigurada titulada Monstruos invisibles había sido rechazada en muchas ocasiones por "demasiado perturbadora". Para celebrar la efemérides, la editorial Reservoir Books acaba de publicar su continuación, El club de la lucha 2, pero en esta ocasión se trata de una novela gráfica escrita por Palahniuk e ilustrada por el guionista y dibujante de cómics Cameron Stewart, autor de Hell on Earth, Exorcism y Assassin's Creed.

El club de la lucha supuso un antes y un después no sólo en la vida de Palahniuk, sino también en la literatura americana. La impresión que producía sumergirse en sus páginas era la de leer a alguien que estaba encantado de contar cosas terribles. Se caminaba por sus páginas como por un campo de minas. Nunca mejor dicho, pues el matiz que la crítica ha subrayado de la obra de Palahniuk, vertida al español por el escritor y traductor Javier Calvo (Asfixia, Nana, Diario: una novela, Fantasmas, Rant, Snuff, Pigmeo, Al desnudo, Condenada, Maldita, Eres hermosa), es su condición explosiva. Palahniuk le puso dinamita al lenguaje y el lector, súbitamente, se dio cuenta de que debajo tenía una bomba a punto de estallar.

El club de la lucha es una novela que empieza alto y que, lejos de bajar en el ritmo o interés, acaba en la cumbre. Veamos como empieza: "Tyler me consigue un trabajo de camarero, después me mete una pistola en la boca y me dice que para alcanzar la vida eterna primero tienes que morirte. Sin embargo, durante mucho tiempo Tyler y yo fuimos buenos amigos. La gente siempre me pregunta si conocía bien a Tyler Durden. [...] Total, que Tyler y yo estamos en lo alto del edificio Parker-Morris con la pistola incrustada en mi boca, y oímos un ruido de cristales rotos. Asómate al borde. El día está nublado incluso a esta altura. Este es el edificio más alto del mundo, y a esa altura el viento es siempre frío. Hay tanta tranquilidad a esta altura que crees ser uno de aquellos monos astronautas".

Cadena de montaje

Palahniuk escribió El club de la lucha mientras trabajaba en una cadena de montaje de camiones Freightliner y luego redactando manuales. En un principio era sólo un relato de siete páginas (que después de convertiría en el capítulo 6 de la novela): "No fue más que un experimento para matar el rato durante una tarde de poco trabajo. En lugar de que un personaje fuera de escena en escena de una historia, tenía que haber alguna manera de simplemente... cortar, cortar, cortar. De saltar. De una escena a otra. Sin que el lector se perdiera. Mostrar todos los aspectos de una historia pero sólo el meollo de cada una. El momento central. Y luego otro momento central. Y luego otro".

El resultado final es el que todos conocemos, y que en estos días se prolonga en viñetas en El club de la lucha 2, con los mismos protagonistas pero casi una década después. El narrador, que ahora sabemos que se llama Sebastian, está casado con Marla y tiene un hijo que fabrica pólvora a partir de caca de perro. Sin embargo, su vida continúa siendo tan gris y monótona como la de cualquier otro, mientras que el carismático Tyler Durden no ha perdido nada de su atractivo a la vez que sigue peleándose a puñetazos con el mundo, haciendo realidad su muy particular teoría de que la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos se vuelven a ver las caras en el espejo, después de que Tyler secuestre al hijo de Sebastian. El club de la lucha 2 combina lo abracadabrante, inconcebible, insólito, con una aguda observación social. Una novela gráfica apasionante, perturbadora e infinitamente entretenida.

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