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Diversión a costa de los ricos americanos

Pequeñas novelas de grandes escritores publicadas por Alba en su colección Rara Avis: George Barr McCutcheon y Earl Derr Biggers

Diversión a costa de los ricos americanos

¿Qué es más determinante para tener éxito y buenas ventas: que la historia sea buena o que ésta esté avalada por una firma de prestigio? ¿Un escritor desconocido puede triunfar de la noche a la mañana y vender miles de libros sólo por ofrecer una buena trama? El debate puede dar mucho de sí y quizás no haya una única respuesta. Todo depende: del contexto, del momento, de los gustos del lector, del empuje del escritor...

George Barr McCutcheon (Lafayette, Indiana,1866-Manhattan, Nueva York, 1928) quiso embarcarse, como el protagonista de su novela, en una apuesta y se jugó con su editor cien euros a que ésta triunfaría pese a ir firmada con pseudónimo. Ganó el dinero, pues Los millones de Brewster (Rara Avis, 2014) fue un superventas: vendió 150.000 ejemplares en tres meses en 1902. Ni rastro de McCutcheon en la firma, pese a que éste ya se había consagrado un año antes con la novela inicial de la saga Graustark que tantas alegría le habría de dar con hasta cinco entregas más.

El poder de una buena trama se impuso. El éxito de Los millones de Brewster reside en la sencilla combinación de humor, amor, cierta intriga y la descripción de un mundo perdido, el de la alta sociedad norteamericana a caballo entre los siglos XIX y XX entregada al lujo, al derroche, a la buena comida y mejor bebida, y fascinada por la Vieja Europa. Su protagonista, Monty Brewster, es un joven de buena familia que de la noche a la mañana se convierte en un rico heredero por partida doble: un millón de dólares de su abuelo y otros siete de un tío que ni recuerda conocer. Pero ha de elegir, o una u otra: para disfrutar de la fortuna del tío ha de deshacerse en un año del millón de dólares del abuelo. Y ahí empieza la apuesta, arriesgada, que le plantean a Brewster: fundir la primera herencia con ciertas condiciones que de cumplir serán la llave de los siete millones, pero si no lo logra, se quedará en la más absoluta ruina y, encima, siendo el hazmerreír de todo Nueva York.

¿Cómo no disfrutar de una historia tan deliciosa, la de alguien obligado a gastar dinero sin control? Las historias de los "Retoños de los Ricos" -como así llama McCutcheon a los jóvenes herederos de las familias más ricas de Norteamérica- dan para muchas y divertidas tramas que sólo aspiran, y no es poco, a entretener. Y vaya si lo hacen.

Es el caso de Seguro de amor, otra novela en la misma línea de Earl Derr Biggers (Warren, Ohio, 1884- Pasadena, California, 1933), editada también por Rara Avis. En este caso los millones son de ella, Cynthia Meyrick, hija de un magnate neoyorquino que se compromete con un heredero europeo, de poca fortuna pero nobles apellidos de esos que entusiasman a las fortunas yanquis. Quizás por no creerse del todo su suerte, Lord Harrowby suscribe un "seguro de amor": una póliza que le cubra en caso de que el matrimonio con la guapa y acaudalada joven no llegue a producirse. A partir de ahí de todo puede pasar en San Marco, ciudad de lujo y disfrute en la costa de Florida donde transcurre la trama y por la que desfilan los más variopintos personajes, todos representativos de la sociedad americana de principios del siglo XX.

¿Hereda Monty Brewster los 7 millones de dólares o se va a la ruina? ¿Se casa Lord Harrowby con la señorita Meyrick o la compañía de seguros se ve obligada a indemnizarle? McCutcheon y Biggers (éste famoso por ser el creador del detective Charlie Chan) disfrutan desarrollando a sus personajes y poniéndolos frente a mil y una situaciones límite que se resuelven sin grandes dramas. El lector se divierte y no sufre. Es el éxito, quizás, de las historias pequeñas contadas.

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