En Ulán Bator, la capital de Mongolia, se acaba de celebrar el 37º Congreso Mundial de Poetas que ha reunido a más de quinientos creadores, en su mayoría asiáticos, de más de sesenta países. El congreso convocó sus primeras sesiones, en su primera semana, en Ulán Bator y tuvo como marco el Parlamento de la capital mongola. En la sesión inaugural el poeta que representaba a España,el grancanario Justo Jorge Padrón, fue el encargado de abrir el Congreso con un brillante discurso titulado: La poesía como vínculo íntimo entre la naturaleza y el hombre. Entre otras cosas dijo: "No hay soledad inexpugnable. Todos los caminos llevan al mismo punto: a la comunicación de lo que somos. Y es preciso atravesar la soledad y la aspereza, vencer las dificultades, las distancias, la incomunicación y el silencio para llegar al recinto mágico en el que podemos expresarnos o cantar con melancolía, afirmando la conciencia de ser hombres y creer en un destino común.
Cada poeta ha nacido para expresar algo suyo, dirigiendo una mirada distinta hacia el mundo que habitamos. Es la experiencia de su libertad la que brinda en la palabra que expresa." En otro de sus fragmentos más expresivos añade: "Mi misión como poeta no es otra que la de unirme a la sensibilidad del hombre de mi tiempo para aumentar la luz de su palabra, mostrando las pasiones que elevan su lucha y su esperanza. Yo escogí el difícil camino de expresar los sentimientos extremados, la fraternidad con el bosque y la rosa, la alada simetría de los sueños vividos en un amor exaltado con toda la intensidad del mediodía. Nunca perdí la confianza en el hombre, por eso he llegado hasta aquí con el fuego y la bandera de mi palabra herida."
Entre los actos celebrados los días posteriores en la capital mongola, hay que destacar la ceremonia en la que se concedió el titulo Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Mongolia de Educación, a Justo Jorge Padrón, que convocó a un grupo muy selecto de la intelectualidad mongola y a prestigiosos poetas internacionales. El acto fue moderado por el Rector de la Universidad Nacional Doctor J. Batbaatar que en un intenso discurso analizó la obra padroniana, deteniéndose especialmente en destacados poemas de sus principales libros, especialmente Los círculos del infierno, Sólo muere la mano que te escribe, Resplandor del odio y Soliloquio del rehén, así como en comentar su extenso currículum con más de cincuenta premios internacionales otorgados en los cinco continentes y señalando que es el poeta vivo más traducido del orbe hispánico. A continuación se leyeron algunas de las versiones al mongol de sus poemas. Se invistió con la toga y el birrete al poeta canario y se le impuso el Gran Collar de la Universidad además del correspondiente diploma. Por último nuestro poeta ofreció un breve discurso, entre los que entresacamos tres significativos párrafos:
"La creación literaria consiste en componer obras verbales únicas, insustituibles. El poeta es una dualidad, una suerte de colaborador entre un poder extraño que rodea a su propio ser para elevar en el aire una creación propia, original, sutil o rotunda. Para Platón era una especie de demiurgo o quizás un dios. Tuvo también otros ayudantes, las musas, como presencias de otras voluntades diferentes a la suya. Los románticos la llamaron inspiración y Freud la hizo residir en el inconsciente. Pero siempre ha terminado siendo un enigma sin resolver.
Nadie tiene las llaves de la historia. El siglo comienza con muchas interrogaciones. Los hombres conquistan la libertad cuando tienen conciencia de su destino. Decía Octavio Paz que la vida en nuestro planeta corre graves riesgos. Nuestro irreflexivo culto al progreso y a los avances mismos de nuestra lucha por dominar a la naturaleza, se ha convertido en una carrera suicida.
En el momento en el que comenzamos a descifrar los secretos de las galaxias y de las partículas atómicas, los enigmas de la biología molecular y los orígenes de la vida, hemos herido en su centro a la naturaleza. Por esto, cualesquiera que sean las formas de la organización política y social que adopten las naciones, la cuestión más inmediata y apremiante es la supervivencia del medio natural. Defender a la naturaleza es defender a los hombres. Somos un eslabón de "la cadena del ser", como llamaban los antiguos filósofos al universo. Sólo si renace entre nosotros el sentimiento de hermandad con la naturaleza, podremos defender la vida. No es imposible: la fraternidad es una palabra que pertenece por igual a la tradición liberal y a la socialista, a la científica y a la religiosa."
La otra mitad posterior del 37º Congreso se celebró en el desierto de Gobi. Allí se le entregó a Justo Jorge Padrón el premio del congreso ante un numerosísimo público en la explanada inmensa de la estepa. Se anunció y destacó que el Gran Premio Internacional de Mongolia, el "Escorpión de Oro", es un galardón mítico. El escorpión en ese país es un símbolo del mundo extraordinario que existe en el desierto de Gobi. Es la criatura que es capaz de sobrevivir en cualquier condición por muy dura que sea durante tres eones, siempre preservando su forma física. Por eso simboliza la resistencia y también la sabiduría y el poder místico del poeta Danzanravjaa, el creador literario más importante de Mongolia del siglo XIX, a quien también se homenajeaba.
A la vuelta del desierto de Gobi se celebró en Ulán Bator como último acto, la cena de clausura, donde se eligió para el próximo evento de los congresos mundiales a la capital de China.
