Hace millones de años, la Tierra y Marte mantenían un gran parecido. En realidad, dentro del sistema solar eran dos de los planetas que guardaban una mayor similitud. La vida que latía en microorganismos estaba en plena fase de crecimiento, entonces algo pasó y el planeta rojo se quedó sin la energía necesaria para seguir evolucionando. La Tierra, en cambio, siguió su propio camino hasta que los seres vivos poblaron su ecosistema.
El famoso científico británico Stephen Hawking, ha declarado en más de una ocasión que si no somos capaces de colonizar nuevos planetas, "la raza humana se enfrentará a una extinción inminente por la sencilla razón de que la Tierra no podrá alimentarnos a todos". También dice que habría asentamientos humanos en la Luna "dentro de unos 50 años, y antes de 2100 habrá personas viviendo en Marte".
Para muchos científicos, tan reputados como Hawking, la investigación planetaria en busca de otros territorios habitables, así como la constatación de la existencia de vida en otras galaxias se ha convertido en un reto inquebrantable.
El profesor y doctor en Geología de La Universidad de La Laguna, José Antonio Rodríguez Losada, considera que nuestra propia existencia representa el mayor de los argumentos para llegar a creer que existe vida inteligente en otros lugares. Desde la sonda espacial Voyager, que ya se encuentra fuera de los dominios del Sol, las imágenes que ha enviado de la Tierra desde esa distancia resultan extraordinarias y también paradójicas: "Sólo se ve un punto, de un pálido azul, perdido en el Universo. Sí somos eso, ¿no es lógico pensar que existan otros puntos, otros planetas de otras galaxias con características similares a las nuestras?. Yo creo que sí".
Rodríguez Losada reconoce que estas generaciones no verán esos viajes lejos de este sistema: "Ya se sabe que para la Geología 10.000 años es un fogonazo en el tiempo, para nosotros no, y en ese suspiro pueden suceder muchas cosas".
Mientras los científicos y los estados con más medios para llevar a cabo esta carrera espacial siguen con sus planes a larga distancia y a largo plazo, la realidad es que por cercanía y similitud con la Tierra, el planeta con más posibilidades para acoger a colonias de seres humanos sigue siendo el planeta rojo. De hecho, en apenas seis meses de ida y seis de vuelta se llega hasta este territorio, con tanto por descubrir. Por eso resulta tan interesante para los expertos de Europa y de Estados Unidos tener la información más detallada y precisa sobre los secretos de Marte.
Jesús Martínez Frías, jefe del grupo de investigación de Meteoritos y Geociencias Planetarias del CSIC, además de integrante del equipo de ciencia de la misión de la NASA que supervisa los trabajos que hace el rover Curiosity en la superficie marciana, asegura que para conocer mejor las interioridades de este planeta, su comportamiento, y sobre todo si en realidad existió algún tipo de vida en algún momento "analizar determinados espacios y paisajes de Canarias, en este caso de Lanzarote, una isla volcánica que mantiene grandes similitudes con Marte, es fundamental para avanzar en esta investigación".
Un laboratorio natural
No se puede afirmar que Lanzarote, al igual que otros espacios de Canarias, como el valle de Ucanca en Tenerife, sea en su totalidad igual que Marte. Pero sí mantienen semejanzas que los convierten en lugares especiales, sobre todo si se trata de descubrir los secretos que esconde esta parte del Universo, y que llevan a un objetivo final: cómo llegar a averiguar si alguna vez existió vida en ese planeta.
Lanzarote, con sus grandes cualidades, podrá ser un laboratorio al aire libre, dónde se realizarán experimentos que después se incorporarán a las futuras misiones programadas por la NASA para Marte.
No sólo se trata de analizar la composición de los minerales, sino ver también cómo evolucionan sometidos a determinados procedimientos. También se seguirá el rastro de esos organismos que han sabido adaptarse a condiciones extremas y que pueden esconderse en el interior de tubos volcánicos.
Martínez Frías se muestra muy esperanzado en lograr importantes avances en esta línea de investigación. Considera que en la superficie de Marte no se va a encontrar ningún rastro de vida, pero tal vez en su interior, al igual que otras especies fueron capaces de adaptarse a nuevas circunstancias, a temperaturas elevadas, a respirar metano, como se ha descubierto en una galería en la que se detectaron organismos que acabaron por sobrevivir a este gas. Por ello resulta vital saber cómo moverse sobre territorio marciano, qué prototipos de vanguardia serán más convenientes utilizar para descifrar todos los enigmas.
Lanzarote y una gran parte de su paisaje, de momento el área de pre parque del Timanfaya será ese lugar de estudio en el que harán los ensayos, los experimentos con láser con los que analizar la roca, sin necesidad de romperla.
El gran parecido con Marte hace que las rocas de esta Isla, sus tubos volcánicos puedan ser el lugar ideal para probar estos sofisticados artilugios y después con esta experiencia adquirida permitir que los brazos mecánicos del Curiosity o de otros equipos que se enviarán en los próximos años repitan la operación en el planeta rojo.
La carrera por saber más sobre Marte resulta imparable. En 2015 la NASA envió a seis científicos a Mauna Loa, una isla de Hawái, para que pudieran vivir durante un año en condiciones similares a las del planeta rojo. Los astronautas han descrito la experiencia como una oportunidad para mejorar su capacidad de vivir en ambientes extremos en la Tierra. Se trata del proyecto más largo jamás llevado a cabo por Estados Unidos con el propósito de recopilar información valiosa que les sirva para enviar naves tripuladas a Marte.
El equipo ha tenido que vivir dentro de una cúpula de 11 metros de diámetro y seis metros de altura situada en la costa norte de la isla de Mauna Loa. Estos científicos, tres hombres y tres mujeres, sólo han podido salir de este ambiente vestidos con un traje especial, como si en realidad vivieran sobre la superficie marciana.
Rutas planetarias
Por todo ello, resulta tan importante la aportación que para el futuro de estas expediciones pueda aportar la investigación que se desarrolle en Canarias. Además, las islas volcánicas tienen, según confirman los científicos, paisajes análogos con ese planeta.
Para Martínez Frías las únicas opciones que tienen los científicos de responder a los enigmas que persisten en torno a lo qué pasó en Marte, y sobre todo si los humanos podrán habitar de alguna manera este planeta, se resumen en tres posibilidades: "Analizar los meteoritos marcianos que han llegado a la Tierra; recoger muestras como está realizando el Curiosity; y también llevar a cabo experimentos en paisajes análogos como hay en las Islas canarias".
Lanzarote no sólo va a permitir que en determinadas zonas se puedan desarrollar este tipo de pruebas también tiene mucho que ganar. En este contexto, el Cabildo y el Instituto de Geociencias, IGEO (centro mixto CSIC y Universidad Complutense de Madrid) firmaron un convenio que permite estas investigaciones y también se promoverá el desarrollo paralelo de iniciativas educativas y culturales.
El responsable de este proyecto investigador, Jesús Martínez Frías, que volverá esta semana a visitar la Isla, considera que en un futuro próximo no se descarta realizar rutas planetarias por Lanzarote mostrando a sus visitantes sobre el terreno las características que pueden verse en la Tierra de un planeta tan atractivo para todos como Marte.
"De momento no creo que sea necesario hacer ningún tipo de construcción física, hay determinados espacios que resultan muy análogos con Marte; a los visitantes se les podrá dar información sobre estas características".
Ya el cine convirtió a esta isla de los volcanes en una emocionante Marte en la que aterrizaban tres astronautas, como en la película Náufragos (2001), protagonizada por la actriz portuguesa María de Medeiros. En esta trama de ficción se cuenta la primera misión tripulada al planeta rojo. Cuando están a punto de alcanzar su destino, el módulo se estrella contra la superficie. La actriz comentó que rodar en Lanzarote le pareció fantástico, "se corresponde perfectamente con la idea de Marte".
Ahora el mundo científico le da la razón, y una vez más la realidad supera a esta entretenida ficción.
De momento, las investigaciones de este equipo de 12 personas, liderado por Martínez Frías sólo realizarán pruebas en el área del pre parque de Timanfaya. No se descarta, con todas las cautelas y mimos, explorar rocas y tubos volcánicos tan marcianos como los que se encuentran en los islotes del Archipiélago Chinijo.
