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Entrevista

Jesús García: "En Telde se esclarecen muchos delitos, más de la mitad de casos se resuelven"

"Esta ciudad es una plaza complicada por la extensión de la población y su dispersión territorial", señala el Comisario jefe de la Policía Nacional de Telde

El comisario jefe de la Policía Nacional de Telde, Jesús García, en la azotea de la comisaría de esta ciudad. YAIZA SOCORRO

¿Qué significa el 2 de octubre para la Policía Nacional?

Se celebra el día de los Santos Ángeles Custodios, antiguamente el Ángel de la Guarda, nuestros patronos. El espíritu de la Policía Nacional va un poco en esta línea, considerarnos guardianes de la seguridad de todos los ciudadanos. Nos gusta pensar que ellos tienen en nosotros a personas que les protege de los peligros.

¿Pero tiene la sensación de que los agentes son percibidos como ángeles custodios?

Me gustaría que la población tuviera esa perspectiva pero, sin embargo, no todos la tienen. Para entender esto hay que tener en cuenta un aspecto esencial. El Ángel de la Guarda protege de peligros y enemigos muy concretos, otros cuerpos de seguridad y de emergencias, como puede ser Protección Civil, tienen muy claros cuáles son los enemigos de la población. Pero en el caso nuestro no es tan fácil. La Policía Nacional defiende al ciudadano de otros ciudadanos y esto es algo muy complicado. Nososotros tenemos que llevar a cabo la identificación del individuo sospechoso y camuflado entre la población para posteriormente aislarlo y actuar en consecuencia. La opinión de cada cual, por tanto, depende de cómo le haya ido. Por eso a las personas que hayamos metido en el calabozo o detenido no tendrá muy buena imagen, pero quienes perciban al cuerpo como defensor de sus derechos tendrá otro concepto.

Lleva poco más de un año en Telde, ¿qué balance hace?

Telde es una plaza complicada en el sentido de que su población es extensa, cuenta con 105.000 habitantes, y su implantación es peculiar porque se encuentran núcleos muy diferentes. Después tenemos una planta industrial importante con muchos polígonos y una presencia comercial bastante considerabla en el polígono de La Mareta, donde hay firmas a nivel insular que sólo están ahí. Esto da una peculiaridad concreta, diferente y singular de lo que sería una población en la que los habitantes están en un casco urbano muy localizado de forma que los modos de protección y emergencia son más fáciles.

¿En qué radica esa diferencia?

En los desplazamientos. Hay que pensar que, por ejemplo, desde las playas de Melenara, Salinetas o la del Hombre hasta Cazadores tenemos unos 25 kilómetros y un desnivel de más de 1.000 metros. Esto hace que el contacto con el ciudadano por parte de nuestras patrullas sea mucho más complicado. Es decir, necesitamos mucho tiempo de desplazamiento entre unos lugares y otros.

Su primer objetivo al llegar era reducir la tasa de delincuencia, ¿lo ha conseguido?

Llevaba ya un año reduciéndose y durante el siguiente ejercicio ocurrió lo mismo. Este año ese descenso se ha ralentizado y ahora mismo en septiembre ha crecido un poquitín la delincuencia. Hay que tener en cuenta que se da un pequeño repunte porque muchas veces el valor estadístico, tras mucho tiempo de bajada, no puede hacerlo más y sube un poco. Además, este año tenemos un problema añadido y es que ha cambiado el código penal, con lo cual hechos que antiguamente eran faltas ahora se han convertidos en delitos leves o infracciones administrativas. Así, hasta septiembre de 2014 se cometieron 1.437 delitos contra el patrimonio y ahora 1.500. Los delitos contra las personas ha bajado un 6,13%, contra la libertad sexual estamos en un 15% menos, los robos con violencia e intimidación caen un 8%, los robos con fuerza en vivienda descienden un 3% pero en los establecimientos ha subido. Al final se tiene un 2% de incremento del total de delitos. Se trata de 24 delitos por cada 1.000 habitantes, que está muy por debajo de la media nacional.

Se queja de la falta de espacio, ¿cree que necesita una ampliación la comisaría?

No nos podemos quejar de esta comisaría ya que es relativamente moderna y está destinada para el uso con la que se concibió. No es ninguna queja, pero en diez años la evolución de la propia población y de la Policía hace que las instalaciones se vayan quedando pequeñas, pero si me quejara sería injusto. Hay comisarías por ahí, tanto en el Archipiélago como en el resto del territorio nacional que están mucho más necesitadas que la de Telde. Luego está el personal. Con la crisis no se han convocado oposiciones algunos años y no se ha repuesto al personal jubilado, lo que hace que haya que recargar a los que nos hemos quedado.

¿Cuántas personas más necesitaría Telde?

Con 20 o 30 personas más empezaríamos a estar normal y sin cargas adicionales.

¿Qué conclusiones extrajo de la reunión que mantuvo recientemente con la alcaldesa, Carmen Hernández, y el jefe de la Policía Local, Félix Ramos?

Lo que vine a observar es que la Policía Local tiene los mismos problemas que nosotros como consecuencia de la idiosincrasia de la población y del número de efectivos que tiene. Por eso se hizo hincapié en la necesidad de unir esfuerzos y de dar al ciudadano una atención más completa. Hasta ahora no ha habido ningún problema y la comunicación siempre ha sido muy fluída.

Recientemente se encontró asesinado a un vecino de Casas Nuevas, un hecho que disparó las alarmas en este barrio. ¿Sigue siendo Telde segura?

Se trata de un hecho aislado. Hace unos cuantos años que no sucedía algo parecido. Es algo muy puntual. Se está investigando, parece que va por buen camino pero este tipo de casos son delicados y hay que esperar. Además hay otro problema añadido y es que no es sólo lo que la Policía sepa, sino lo que puede probar. Este hecho se puede aplicar a otros casos.

De hecho la población se queja de que el trapicheo pasa por delante de la Policía sin que ésta haga nada.

Aquí tenemos un grupo especializado en estupefacientes que está dando buenos resultados porque cada poco tiempo se está deteniendo a traficantes con pequeñas cantidades. Hemos hecho 700 actas de posesión en lo que va de año mientras que en el mismo período del ejercicio anterior fueron 750. No es exageradamente alto. Está dentro de lo esperable en cualquier ciudad de este tipo.

¿No debería ser la acción de la Policía más reactiva que preventiva?

Telde es una ciudad en la que se esclarecen un alto índice de actos delictivos, ya que se resuelven más de la mitad de los casos denunciados. Lo mejor siempre es la prevención. Si aún así las cosas suceden hay que aclararlas y probarlas. Aunque sea reactivo no deja de ser preventivo porque primero se sanciona a alguien que ha cometido algo y el ciudadano se da cuenta de que el delito tiene su pena.

¿Qué tipo de delito telemático es el que más se produje en Telde?

No se dan muchos casos aunque siempre aparece alguno, sobre todo los relacionados con la clonación de las tarjetas. Ese es el caso mayoritario aquí. Tenemos un equipo especializado en temas de internet pero los casos de este tipo se estancan un poco porque se requiere órdenes judiciales. Es decir, se suele identificar bastante bien todo el camino de la estafa pero es difícil encontrar la solución porque la gran mayoría de las ocasiones los que delinquen se encuentran en países extranjeros con los que no existe ningún tipo de tratado. La Policía esclarece, sabe que eso lo ha hecho un individuo de un país determinado, pero no puede hacer mucho más. Por eso hay que concienciar al ciudadano para que utilice su tarjeta en páginas seguras de internet. En cuanto al ciberacoso, realmente no hay muchos casos denunciados. Hay que tener en cuenta también que en numerosas ocasiones no se denuncian estos asuntos. Pero no obstante, como dije antes, aquí en Telde no abundan las denuncias de ciberacoso aunque aparezca alguna de vez en cuando sobre bullying.

Los empresarios de Jinámar se quejan de la inoperancia e ineficacia policial ante la oleada de robos. ¿Qué opina?

Es cierto que puede haber surgido un grupo de jóvenes de la zonas que cometen pequeños hurtos o amenazas. El último detonante ha sido un grupo de 5 o 6 chicos del lugar que han entrado en un bar, que han consumido y se han ido sin pagar. Con una antigua falta no tenemos autoridad ni para detener a alguien. Hemos identificado a unos de los autores, pero no podemos hacer más. Tiene que ser el Juzgado ya que el hecho delictivo, al ser leve, no nos autoriza a detenerle y ni siquiera a que declare. Estos son casos que dan mucha inseguridad, pero la Policía tiene las manos muy atadas.

Entonces, ¿qué solución se le podría dar a esta inseguridad en Jinámar?

Ellos insisten mucho en la presencia policial. Yo estoy convencido de que si el barrio está siempre lleno de policías, quizás esto se retraiga más. Pero hay que darse cuenta de dos cosas. Primero, que la Policía uniformada se ve y entonces con hacerlo cuando no estemos tienen. Y luego que tampoco podemos estar siempre en todos los sitios. Que duda cabe que la presencia policial es disuasoria y probablemente estarían más seguros, pero la solución sería que hicieran denuncias, que se pudiera pasar al Juzgado todo lo que podamos y que éste establezca las penas que corresponda. En este barrio tenemos un porcentaje alto de nuestras actividades ya que algunos días concentra el 75% de ellas. Se está intentado implementar un servicio especial que esté más pendiente en la zona, sobre todo en las horas que están los comercios abiertos, pero va a ser complicado. Hay que tener en cuenta que eso podría suponer la dejación de otras partes de la ciudad. Telde es muy grande. Cuando dicen que la labor de la Policía es ineficiente o ineficaz no dejan de tener razón, pero nosotros sabemos lo que la ley nos autoriza de acuerdo al hecho que se está cometiendo. No se puede hacer mucho más.

Entonces, ¿cómo definiría la labor de la Policial Nacional de Telde?

La plantilla está intentando dar la máxima respuesta a las necesidades con las limitaciones legales y de personal que tenemos. Siempre se trata de hacer todo lo posible con lo mínimo, ser todo lo eficientes que podemos. Además, hay que tener en cuenta otra cosa: los derechos de los trabajadores también nos afectan a los policías. Así que aunque hayan esos 200 agentes, hay que entrar en turnos, horarios de trabajo y vacaciones. Parecen mucho y a la hora de trabajar no son tantos. Todo esto son limitaciones que hacen que la respuesta al ciudadano no sea como todos querríamos, claro.

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