Perros sueltos y sin bozal que campan sin control en la costa, juegos de pelota en la arena de la playa son algunas de las principales quejas que reciben las parejas de agentes de la Policía Local de Telde destinadas a las calas municipales. Son dos las unidades que vigilan las principales y más visitadas zonas del litoral, con turnos semanales cada una desde las 11.00 a las 19.00 horas, de lunes a domingo.
El servicio, instaurado en su actual formato en 2003, tiene como una de sus novedades este año la sustitución de las bicicletas por motos, que les da la posibilidad, según explicaron los agentes, "de llegar con más rapidez donde se nos reclama, cosa que en bicicleta podíamos tardar mucho según la distancia a recorrer". Esto ha supuesto, por ejemplo, que con las quejas por perros sueltos y sin bozal en calas como Playa del Hombre ya el magen de actuación se reduzca considerablemente. Antes, aseguran, podían tardar hasta una hora y darle ese margen más de tiempo a los infractores.
No obstante, admiten que la población suele ser respetuosa con las prohibiciones que se exponen en los carteles, ya que la presencia de los policías por un lado es un elemento disuasorio y por otro, porque con la puesta en marcha del servicio hace 13 años las ordenanzas se han ido explicando a los usuarios de la playa.
Asimismo, a diferencia de las multas de tráfico o de mal aparcamiento, que se remiten directamente a Valora, empresa encargada de la recaudación de impuestos, tasas y multas, los agentes destinados a las playas proceden primero con requerimiento verbal al infractor, "donde le explicamos que lo que hace no está permitido en las ordenanzas y solo si es reincidente es cuando remitimos la multa al departamento municipal correspondiente, según sea la infracción que haya cometido".
La actuación de la Policía Local de playas sí es inflexible con el consumo de estupefacientes -señalan la Charca de los Pérez como uno de los lugares habituales-, el vertido de sustancias en el mar o las actividades que pongan en peligro a los demás. La venta ambulante en la arena, la pesca submarina cerca de los bañistas o de deportes náuticos que puedan suponer un riesgo para otros usuarios de la playa también son vigilados. No falta el caso del niño que se pierde o al que se denuncia por hacer fotos en la playa, "pero aquí lo que hacemos es tomar el nombre y se envía a la base de datos por si es alguien con antecedentes". Pero fotografiar, salvo que sea para subir de manera ilícita a internet, no es delito.
Uno de los casos que más preocupa a los agentes es el de las personas que se suben a la barandilla del muelle de Melenara o incluso a l a estatua de Neptuno -la Policía Local mostró en su cuenta de twitter cómo cuatro jóvenes se lanzaban al agua desde él y cómo se les tomó nota tras localizarlos-, que puede causar, como ha ocurrido, graves accidentes.
Las ordenanzas municipales muestran en el caso de la costa un cuadro de infracciones que pueden costarle al denunciado desde 750 euros por juegos de pelota, de 1.500 por bañarse con bandera roja o de hasta 3.000 por contaminar.
