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Entrevista a Francisco Ojeda Cabrera

"Quiero ponerle voz a Jhonander"

"La Garita era su playa, donde se crió y tuvo los primero noviazgos y siempre se le recordará con el mural", asegura el progonero de las fiestas de La Garita y padre del sargento Jhonander Ojeda

Francisco Ojeda Cabrera, ayer, en La Garita. Detrás, el mural dedicado a su hijo Jhonander. SANTI BLANCO

Para usted será muy especial que le hayan nombrado pregonero de las fiestas de La Garita.

Nunca pensé que iba a ser pregonero de La Garita, se me ha ofrecido por la unanimidad de la comisión de fiestas. El motivo de ser pregonero no es otro que era mi hijo Jhonander el que iba a serlo este año y he aceptado porque quiero ponerle voz a Jhonander. Le he pedido a Julia [Martel, presidenta del Patronato La Sal]o a otra persona porque como no estoy muy acostumbrado a esto de los pregones y en un acto lleno de emotividad me ayuden y sepan perdonarme los asistentes. Sacaré todas las fuerzas que tengo dentro para hablar. Realmente el pregón queda en segundo plano, quiero dejar el testimonio de mi hijo, que estaba contento por ser el pregonero y que tenía esa ilusión y por eso lo he aceptado. Yo hablaré poco, unos 10 minutos y cederé el testigo a otros antes de que termine emocionándome.

¿De qué tratará el pregón?

Hablaré de las fiestas, de lo que ha sido La Garita, hablar de pasado, presente y futuro. De hecho recuerdo que aquí teníamos actos de Súbete a la ola de la Vida, pero este año lo hemos perdido y se ha ido a Melenara, aquí no hay nada de nada. Entre todos los vecinos debemos arrimar el hombro y devolverle a La Garita su importancia como una de las fiestas pioneras de Telde. Se consigue con todo el mundo aportando un poco, he propuesto hacer una carrera popular nocturna o torneos en la playa de voleibol, futbito, fútbol playa, crear más actividades en la fiesta, porque lo único que tenemos es el pregón y la romería. Si conseguimos que se vayan trayendo algunas actividades más las fiestas vuelvan a ser lo que fueron en La Garita. Es una playa que tiene buenas características para celebrar muchos actos. En cambio, los negocios de Melenara se implican en las fiestas del barrio, pero aquí hay que tener más participación.

¿Hay homenaje a Jhonander?

El club de las motos Harley en el que estoy asociado organiza el próximo 4 de septiembre un recorrido por la Isla en memoria de Jhonander, que muchas veces salía con nosotros con su Honda RR. Llegaremos a La Garita a las una y media o dos de la tarde junto al mural, donde haremos una foto de grupo, dejaremos las motos en la plaza y por la asociación de vecinos estamos invitados a una paella. Además, haremos otra ruta fuera de la fiestas, el 23 de octubre, esta vez con los compañeros de Jhonander de la Base y también vendríamos al mural y organizaríamos una paella. El 22 de octubre, fecha del cumpleaños de Jhonander, se prevé hacer una ofrenda aunque el monolito dedicado no estará, pero lo importante es que el primer aniversario de su muerte no se olvide. El Ayuntamiento se ha comprometido a sufragar los gastos. Siempre que se pueda hay que añadir actos a las fiestas de La Garita, que vayamos hacia delante, a tirar todos del carro. Hay mucha gente decidida por trabajar y por arrimar el hombro, pero el compromiso debe ser responsable para hacer cada vez mejores fiestas. Estoy convencido de que si unimos fuerzas podemos hacer grandes cosas, aquí hay mucha población y se merece unas fiestas que cada año sean mejores.

El recuerdo de Jhonander se aprecia en La Garita e incluso se quiere institucionalizar en la fiesta. Como padre, ¿cómo valora el apoyo del barrio, el cariño que se tiene a su hijo?

Mi hijo era una persona especial, humilde, amigo de sus amigos y no hacía distinción. Nunca miró a nadie por sus títulos, tenía amigos en la Universidad y también los que no pudieron estudiar por una u otra razón. He hablado con mandos del Ejército y me han dicho que si les llegaba a pasar lo de Jhonander en el primer accidente, no volvía a subirse a un helicóptero. Él era un chico que le gustaba lo que hacía e incluso después del primer accidente le dijeron que volviera cuando se encontrara bien y a los cinco meses volvió porque insistió mucho, cuando podría haber tenido una baja psicológica de un año. Incluso tuvo la oportunidad de ir a la Academia de Oficiales, pero prefirió quedarse en la de Suboficiales porque, como me decía, tenía más posibilidades si sacaba buena nota de quedarse aquí toda la vida para hacer lo que le apasionaba, ser mecánico de vuelo. De hecho, su madre tiene dibujos cuando él era niño, donde se ven helicópteros rescatando un barco, él nació con esa pasión.

¿Cómo le gustaría que fuera ser recordado su hijo?

Jhonander era un chico sencillo, humilde, tenía la cabeza muy bien amueblada y desde siempre supo lo que le gustaba y hacer lo que quería. Soy creyente y pienso que Dios nos regaló 19 meses más de vida porque saliendo por el ojo de buey en el primer accidente... no todo el mundo sale por ese agujero. Lo vimos con la cara magullada, la nariz machucada de los cabezazos que dio para salir del helicóptero. A Jhonander le gustaba lo que hacía, se fue, pero sigo presente entre nosotros, sé que en cada momento está aquí. No quiero tristezas, las tristezas se acabaron y por eso hemos programado estas rutas de excursiones, celebrarlo con una paella, como a él le gustaba. Le gustaba mucho las fiestas, iba a todas las romerías e incluso le compré a él y a su hermano una furgona para cuando salieran de fiesta por otros municipios se quedaran a dormir en ella y así también me quedaba yo tranquilo porque no conducían. Hay que dejarse de estar con tanto ¡ay!, ¡ay! Eso se acabó, eso fue al principio, se pasó el duelo y con la misma. Por eso no me gusta cuando han mencionado después de tanto tiempo que murió en un trágico accidente o me identifican con él como padre y por el trabajo que desempeño. A nadie le interesa a qué me dedico y me molesta.

En su funeral, varios profesores recordaban la influencia que ejercía Jhonander entre los niños del colegio, que lo tenían como ejemplo a seguir.

Jhonander era un chico que se prestaba, estaba con los chicos de aquí y los animaba a estudiar alguna FP, se volcaba con la gente de la calle, era un chaval que le gustaba mucho ayudar. Por eso la gente aquí lo quería mucho y todo lo que se haga por él en La Garita contará con mucho apoyo. Esta es su playa desde niño, donde se crió, donde tuvo sus primeros noviazgos por así decirlo. Recuerdo que cuando llegaba de trabajar, siempre se iba a la playa a echarse un baño y luego a almorzar, todos los días. Esa era su zona en la playa y por eso siempre será recordado en el barrio con el mural.

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